El cambio deseado por “más del 90% de los palestinos” tras la guerra de Gaza pasa por un Estado propio y un “divorcio amistoso” con el presidente Mahmud Abás, afirma el opositor Nasser al Kidwa, que en una entrevista con AFP vaticina un Hamás “debilitado”.
Al Kidwa, exjefe de la diplomacia palestina y sobrino de Yaser Arafat, fundador del partido de corte laico Fatah en 1959, fue expulsado del mismo en 2021 tras declarar su intención de presentarse a las elecciones legislativas en una lista opositora a la de Abás, actual líder de la formación y presidente de la Autoridad Palestina, con sede en Ramala, Cisjordania.
Por entonces, Al Kidwa había hecho frente común con Mohammad Dahlan, exjefe de seguridad en Gaza convertido en líder de una corriente de Fatah.
Exiliado en Abu Dabi, Dahlan es actualmente asesor de Mohamed bin Zayed Al Nahyan, presidente de Emiratos Árabes Unidos, uno de los pocos países de la región que ha normalizado relaciones con Israel.
Originario de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, Dahlan es considerado por algunos países de la región como un actor clave en la posguerra en el territorio palestino, un tema discutido en París, Washington, Londres, Riad, El Cairo y Doha.
Sobre el papel, esos diálogos apuntan en un primer momento, y como medida más urgente, a una tregua entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás y la liberación de los rehenes.
Pero entre bastidores, tocan temas más profundos de la posguerra: la seguridad tras una retirada israelí, la reforma de la dirigencia, la creación de un Estado palestino y la normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita, que antes del conflicto iniciado el 7 de octubre con el ataque de Hamás se llegó a presentar como inminente.
AFP
“Divorcio” con Abás
“¿Cómo juntar todas las piezas de este rompecabezas? Puede parecer confuso, pero en realidad las posiciones de las diferentes partes se acercan cada vez más, con excepción de Israel”, indicó Al Kidwa a AFP.
La idea sería lograr una tregua de unas seis semanas de aquí al Ramadán, que comienza hacia el 10 de marzo, y propiciar un canje de presos palestinos en cárceles israelíes y rehenes capturados por Hamás en Gaza, explica.
Al mismo tiempo, se podría aprovechar esa tregua para “intensificar las conversaciones sobre otros elementos” de la agenda palestina.
En una entrevista reciente con el New York Times, Dahlan llamó a una renovación de la dirigencia palestina.
Esta se encuentra desde hace más de 15 años dividida entre la Autoridad Palestina, presidida desde Ramala por Abás, de 88 años, y por Hamás, que ha venido gobernando la Franja de Gaza en solitario desde 2007.
Al Kidwa propone por su lado lo que califica de “divorcio amistoso con Abás”.
De esta manera, el veterano político palestino seguiría de presidente, pero con un papel únicamente honorífico, y por lo demás “el poder sería transferido a un primer ministro y un gobierno responsables de Cisjordania y Gaza”.
Después de la guerra, “Hamás no será aniquilado como dicen los israelíes”, sino que “se verá debilitado” y “no gobernará más en Gaza”, vaticina Kidwa.
¿En qué será diferente? “Corresponderá a sus miembros decidir, pero debemos ayudar y fomentar esta transformación”.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, Kidwa ha estado en Doha, donde se reunió con la oficina política de Hamás, instalada allí.
“Yo les dije lo que realmente pensaba, que Hamás no seguirá en el poder en Gaza”, dice. “No es fácil para ellos aceptarlo, pero creo que lo entienden”.
Deseo de “cambio”
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, propuso en enero un plan para la posguerra en el cual Gaza no estará controlada por Hamás, sino por “entidades palestinas”, en lugar de una administración israelí.
Del lado occidental, el jefe de la diplomacia estadounidenses, Antony Blinken, urgió recientemente una “reforma” de la Autoridad Palestina.
Pero más allá de los deseos estadounidense o israelíes, el cambio es sobre todo “el deseo de más del 90% de los palestinos”, subraya Al Kidwa.
Tres décadas después de los acuerdos de Oslo, “la solución de dos Estados” -una Palestina independiente y viable al lado de Israel- citada en esa época y recientemente por los occidentales, sigue siendo un deseo sin cumplir.
“Yo mismo tengo dudas sobre la solución de dos Estados (porque) la expresión está ligada a un llamado proceso de paz que no ha ocurrido”, sostiene Al Kidwa.
“Debemos dejar de hablar de un proceso, de un horizonte, y comprometernos desde el principio con un resultado final y un plazo”, afirma.
“Y ese resultado no es otro que éste: dividir esta tierra en dos Estados, Israel y Palestina, que vivan uno al lado del otro”.
(Guillaume Lavallée / AFP)