Al menos 50 pasajeros de un vuelo de la compañía LATAM proveniente de Sydney resultaron heridos el lunes luego de que su avión, con destino a Chile vía Auckland, experimentara un “incidente técnico” que causó fuertes turbulencias, informó la aerolínea y los servicios de emergencia.
LATAM Airlines comunicó que su vuelo LA800 “experimentó un incidente técnico durante el viaje que provocó un movimiento brusco”.
“Algunos pasajeros y miembros de la tripulación resultaron afectados. Recibieron asistencia inmediata y fueron evaluados o tratados por personal médico en el aeropuerto según fuera necesario”, añadió LATAM.
Los servicios de rescate de Nueva Zelanda fueron alertados alrededor de las 16:00 hora local y enviaron cinco ambulancias al aeropuerto.
Unas 50 personas fueron atendidas en el lugar por lesiones, en su mayoría leves, y 13 fueron trasladadas a un hospital, según Gerard Campbell, portavoz del servicio de ambulancias.
Uno de los pacientes se encontraba en estado grave.
El avión aterrizó en el aeropuerto de Auckland alrededor de las 16:30 hora local, como estaba previsto, antes de continuar su viaje hacia Santiago de Chile.
“LATAM lamenta los inconvenientes y lesiones que esta situación pudo haber causado a sus pasajeros, y reitera su compromiso con la seguridad como prioridad dentro de sus estándares operativos”, indicó la aerolínea chilena.
La aerolínea informó que tres miembros de la tripulación estaban entre los trasladados al hospital.
Todavía se desconoce la causa del “problema técnico” en el vuelo.
En Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación informó la semana pasada sobre un problema con los sistemas de deshielo de los Boeing Dreamliner, según informó CNN.
“La gente volaba por la cabina”
Algunos pasajeros dijeron que varias personas no tenían puesto el cinturón cuando el vuelo LA800 experimentó un descenso repentino.
“La gente volaba por la cabina”, dijo un pasajero a bordo del vuelo, que se identificó como Jacinto, a la radio pública neozelandesa RNZ. “Había bastantes personas heridas”.
“También había mucho miedo entre la gente”, afirmó el pasajero, quien añadió que varios pasajeros no tenían puesto el cinturón de seguridad en ese momento.
El pasajero Brian Jokat dijo a RNZ que el avión “simplemente cayó” aproximadamente a dos tercios del trayecto.
“No hubo turbulencia previa, volamos suavemente durante todo el trayecto”, dijo. “Yo estaba dormido y, afortunadamente, llevaba puesto el cinturón de seguridad, y de repente el avión se desplomó“.
“No fue como aquellas veces en las que hay turbulencia y caes un par de veces… simplemente caímos”, agregó.
Jokat dijo que un pasajero sentado a dos asientos de distancia no tenía puesto el cinturón de seguridad, y salió volando y golpeándose contra el techo.
“Pensé que estaba soñando. Abrí los ojos y estaba en el techo del avión boca arriba, mirándome. Era como en ‘El Exorcista’“, narró.
El hombre volvió a caer al suelo, rompiéndose las costillas contra el reposabrazos, dijo Jokat.
Otras tres o cuatro personas también se golpearon contra el techo, rompiendo parte del interior del avión con la cabeza y los hombros, según contó Jokat a RNZ.
“Entonces la gente comenzó a gritar. Sentí que el avión caía en picada, como si estuviéramos en la cima de una montaña rusa, y luego se estabilizó de nuevo“, explicó.
Todo el incidente, dijo, duró “una fracción de segundo”.
El pasajero citado por el medio neozelandés dijo que después del incidente, algunos médicos a bordo “atendieron” a los heridos con la ayuda de la tripulación.
Hubo “algunos heridos graves“, dijo. Algunos tenían huesos rotos, mientras que otros tenían lesiones en el cuello y la cabeza.
Jokat dijo que el piloto se acercó a la parte trasera del avión después de aterrizar.
“Le pregunté qué había pasado y me dijo que había perdido la instrumentación brevemente y que había vuelto enseguida”, dijo. “Sé que se sintió muy mal por todos”.
Otra pasajera, Valentina, dijo a la radio neozelandesa que el avión “simplemente se detuvo” cuando faltaban unos 50 minutos para llegar a Auckland.
“La gente volaba de un lado a otro y fue muy aterrador”, dijo. “Había sangre en el techo, la gente (volaba) y rompía el techo del avión“.
Valentina dijo que tenía “mucho miedo” de volver a tomar un vuelo.
Sufrió heridas leves durante la terrible experiencia, pero había sido tratada y se encontraba bien.