Este miércoles se celebró el Día Mundial del Queso en todo el mundo. La particular celebración nació en Francia hace más de 20 años y se popularizó en el resto del planeta.
Muzzarella, cheddar, parmesano, queso azul o roquefort son algunas de las variedades más conocidas del alimento.
A inicios del nuevo milenio, Francia festejó el primer Día del Queso el 27 de marzo. La iniciativa fue propuesta por la Asociación Quesos del Terruño de Francia.
La fecha es la excusa para valorar y recordar las bondades del queso francés de leche cruda. Este alimento de interés nacional y cultural para el país galo.
Como ingrediente fundamental en las pizzas, rallado sobre las pastas, empanado o de muchas otras formas; el queso está presente múltiples platos de nuestra dieta, con sus ventajas y desventajas.
Por un lado, el queso es una fuente de proteínas y contiene nutrientes importantes para el cuerpo: como por ejemplo calcio y potasio. Una porción de queso natural contiene aproximadamente 300 miligramos de calcio, cantidad que equivaldría a una taza de leche.
Sin embargo, desde el punto de vista negativo el queso es una fuente concentrada de calorías. El mencionado alimento es un subproducto de su propio contenido graso.
Ya sea para utilizarlo como aderezo, ingrediente o simplemente como alimento, el queso adiciona una porción considerable de grasas saturadas a nuestro organismo.