Un avión de Alaska Airlines experimentó una situación alarmante la semana pasada. Durante el vuelo, una puerta de cabina se soltó, creando un hueco que resultó en la despresurización del avión. Varios objetos fueron succionados hacia afuera, causando alarma entre los pasajeros.
Aunque no se reportaron heridos, algunos pasajeros perdieron pertenencias personales. En un hecho muy curioso, se encontró un iPhone 14 Pro casi intacto en las cercanías del incidente, lo que plantea interrogantes sobre cómo pudo sobrevivir a una caída desde tal altura.
Este suceso despertó el interés de físicos e ingenieros, quienes se han dedicado a investigar el fenómeno.
La aceleración de la gravedad juega un papel crucial en la caída de objetos. A medida que un objeto cae, su velocidad aumenta debido a la gravedad, pero la resistencia del aire actúa en sentido contrario, cuenta el portal Hipertextual. Eventualmente, estas dos fuerzas se equilibran, y el objeto alcanza lo que se conoce como velocidad terminal. Esta velocidad es constante, independientemente de si el objeto cae desde una altura de cuatro kilómetros o desde un edificio alto.
Rhet Allain, un físico que suele escribir artículos en Medium, aportó a la discusión con sus cálculos, estimando que la velocidad terminal del iPhone en este caso era de aproximadamente 27 metros por segundo.
El iPhone encontrado tuvo suerte, ya que aterrizó en un campo con arbustos, lo que pudo haber amortiguado su caída. Esto implica que el objeto comenzó a desacelerar antes de impactar con el suelo, reduciendo así la fuerza del impacto. Según los cálculos de Allain, la fuerza de impacto fue relativamente baja, lo que podría explicar por qué el teléfono sobrevivió.
Otro factor importante es la presión ejercida sobre el teléfono al momento del impacto. La presión depende de la fuerza dividida por el área de la superficie. Dado que el iPhone es un objeto relativamente grande y ligero, la presión sobre él al impactar es menor, reduciendo así la probabilidad de daño.