Desde que Gustavo Petro asumiera la presidencia de Colombia en 2022, se ha comprometido a abandonar el petróleo y el gas en favor de alternativas ecológicas.
En la conferencia sobre el clima COP28 celebrada en diciembre de 2023, el mandatario colombiano reclamó “soluciones extraordinarias” a retos globales como la transición hacia una economía descarbonizada y anunció el lanzamiento de una importante política climática nacional, cuyo objetivo es destinar alrededor del 2,5% del PIB del país a proyectos de transporte ecológico, energías limpias y adaptación al cambio climático.
Sin embargo, “muchos de los representantes” de la industria petrolera y gasística colombiana no están de acuerdo con el planteamiento de Petro, sino que ven un futuro para los combustibles fósiles “mientras siga habiendo demanda”, destaca Oilprice.
Como resultado, a pesar de las propuestas ecologistas de Petro, la industria petrolera colombiana sigue expandiéndose con varios proyectos en curso y previstos, como un plan de la canadiense Arrow Exploration Corp para perforar 15 pozos con un presupuesto para 2024 de 33,68 millones de dólares, o la reactivación de más de 100 proyectos de exploración de hidrocarburos.
Además, la estrategia económica de Bogotá puede verse afectada e influenciada por la vecina Brasil, con sus planes de convertirse en el cuarto país productor de petróleo del mundo, subraya el portal.
Por ejemplo, en noviembre de 2023, la petrolera estatal colombiana Ecopetrol y su socio brasileño Petrobras iniciaron la perforación de un pozo delimitador Orca Norte 1 en el bloque Tayrona. Las dos empresas esperan transportar gas al continente a través de un nuevo gasoducto que también llegaría al yacimiento de Chuchupa.
Asimismo, las autoridades brasileñas aseguraron que Brasilia se unirá en la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus Socios (OPEP+) en calidad de observador en 2024, y el Gobierno del país subastó más de 602 lotes para la explotación de petróleo y gas.
En este contexto, consideran en Oilprice, que “cabe preguntarse” si el presidente colombiano será capaz de cumplir sus promesas climáticas y, al mismo tiempo, estimular el crecimiento económico del país sudamericano, o su “política energética no se va a modificar”.
“La viabilidad de la transición ecológica de Gustavo Petro, sobre todo a la luz de los pasos del presidente brasileño Lula da Silva en relación con las promesas climáticas y la expansión de la industria petrolera de Brasil, suscitan dudas”, resumieron.
(Con información de agencias)