El gobierno de Brasil anunció que a fines de marzo comenzará a funcionar en la cuidad de Manaos el Centro para la Cooperación Policial Internacional (CCPI) de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), foro que integran Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, además de Brasil.
“El centro combatirá el narcotráfico y el contrabando de oro, madera, pescado y animales exóticos, así como la deforestación y otros delitos ambientales”, explicó Humberto Freire, jefe del departamento de Medio Ambiente y Amazonía de la Policía Federal.
El funcionario agregó que su Brasil “compartirá información de inteligencia” con el restos de los países que integran la OTCA y que la creación del centro de seguridad internacional de Manaos constituye “una prioridad” para el gobierno del presidente de Luiz Inácio Lula da Silva en su objetivo de vigilar la mayor selva tropical del mundo.
Unir a los países amazónicos contra la actividad criminal la Amazonía es clave para el esfuerzo del mandatario, que procura restaurar las credenciales ambientales de Brasil después de cuatro años de deforestación vertiginosa bajo la presidencia de su predecesor Jair Bolsonaro y en momentos en que los países de la Unión Europea elevan las exigencias para los productos importados.
Según explicó Freire, el CCPI contará con delegaciones policiales de todos los países de la OTCA, organización que tiene su origen en el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) firmado en 1978 y que conforman los ministros de Relaciones Exteriores de los países signatarios. “La minería ilegal de oro en reservas protegidas de pueblos indígenas como los yanomami también será una prioridad”, precisó Freire.
El CCPI, cuya entrada en funcionamiento está prevista para fines del primer trimestre de este año, será financiado mediante el Fondo Amazonía, una iniciativa de donación multinacional iniciada por Noruega con el objetivo ayudar al desarrollo sustentable de la región.
“Brasil compartirá con sus vecinos la tecnología que la Policía Federal está desarrollando para rastrear los orígenes del oro extraído ilegalmente por los mineros”, dijo Freire con relación a la utilización de radioisótopos para determinar de qué área proviene comparando partículas de metal, mineral o tierra con muestras recolectadas en áreas mineras de oro en todo Brasil.
Freire explicó que “el proceso de mapeo está cerca de finalizar” y señaló que Brasil transferirá la tecnología y los equipos necesarios al resto de los países de OTCA para que realicen el mismo mapeo, programa que requerirá el escaneo de radioisótopos con dispositivos portátiles en el territorio amazónico, pero también en puertos y aeropuertos para evitar su contrabando.
(Con información de agencias)