Sus redes sociales estaban repletas de publicaciones y memes de esas páginas temáticas que destacan –o muestran con humor– las dificultades que afrontan día a día los policías. Sus excompañeros saben que en el último tiempo se había peleado con la pareja y que su madre había fallecido.
El lunes lo encontraron muerto en la rambla de Malvín. Tenía 23 años y trabajaba en la Guardia Republicana.
La semana pasada, un policía de esa misma repartición también se había quitado la vida con su arma de reglamento, en 18 de Mayo, Canelones. Tenía 20 años.
Los dos casos en lo que va del año hacen sonar las alarmas en una institución que multiplica –por tres si se miran los números del 2022 y seguramente por más una vez que estén los datos actualizados del 2023– la tasa de suicidios de la población general.
Más aún cuando los registros del Sindicato de la Policía Nacional (Sipolna) marcan que el 2023 cerró con el doble de efectivos que se quitaron la vida respecto a los casos que había dos años atrás: 32 policías.
En 2019 hubo 13 casos, una excepción de cuatro suicidios registrados al año siguiente, 16 casos en 2021 y otros 21 al año siguiente, según publicó tiempo atrás Informativo Sarandí en base a una solicitud de acceso a la información pública.
“El suicidio es un fenómeno multicausal en el que intervienen factores biológicos, genéticos, psicológicos, familiares (…), socio económicos y religiosos. Esa complejidad echa por tierra cualquier intento de entenderlo y de resolverlo de manera simple”, contestó ahora, días atrás, el Ministerio del Interior a un pedido de informes de la bancada de senadores del Frente Amplio.
Sin ingresar en detalles reservados contenidos en las historias clínicas y surgidos en entrevistas con allegados, el Departamento de Salud Mental de la Sanidad Policial señaló que “más del 90% de los casos de suicidio policial tienen, –no como causa, sino como desencadenante– conflictos familiares, fundamentalmente de pareja”, según la respuesta firmada por el director Enrique Smerdiner a la que accedió El Observador.
Inés Guimaraens
Archivo, dos efectivos de la Policía Nacional
Así lo demuestran algunos casos sonados del 2023, como el del uniformado de 41 años que en la madrugada del 31 de octubre se quitó la vida frente a la comisaría especializada en violencia de género, después de haber asesinado de un disparo a su pareja.
“Estaba viviendo solo”, “hace poco tuvo la pérdida de la madre” y eso “seguro” influyó en la decisión, sostenía por su parte en julio de 2023 un dirigente de Artigas tras el suicidio de un compañero de 47 años.
Una “pandemia silenciosa” que “se volvió abrumadora y atronadora sin solución”, apuntaban dos meses antes los policías agremiados de Canelones. Desde el Ministerio del Interior, sin embargo, habían remarcado a El País que no hay tal epidemia y que “los policías pasan por estas situaciones al igual que cualquier otra persona”.
Pero a los suicidios consumados se suman además los 26 intentos de autoeliminación que para octubre de 2023 llevaba registrados el Departamento de Salud Mental en la respuesta que elaboró para la bancada frenteamplista.
Arma de reglamento y menores de 40
Según los datos oficiales brindados por el Ministerio del Interior al Frente Amplio, casi todos los casos de suicidios policiales (94% de ellos) involucran a agentes ejecutivos, que suelen ser los que salen a la calle para el control de delitos y que portan arma de reglamento.
Es así que en muchos de los episodios de este tipo aparecen armas de fuego. “En momentos de desborde lo primero que tienen a mano es el arma de reglamento”, advirtió a El Observador la presidenta del Sipolna, Patricia Noy.
A tal extremo el factor de riesgo que el vicepresidente del sindicato John Seballes, detalló días atrás en Justos y Pecadores: “Yo provengo de los Bomberos y (…) como el bombero no porta armas (…) los pocos casos que hemos tenido han sido por ahorcamiento”, afirmó.
Ocho de cada diez policías que se quitaron la vida son hombres con una edad promedio de 35 años, detalló en tanto el Departamento de Salud Mental de la cartera.
“No va en un tema de edades, sino muchas veces en la acumulación de problemas y la persecución laboral por parte de jerarcas”, opinó la presidenta del sindicato policial. Noy insiste en las propuestas del gremio para “humanizar a los superiores”: “La respuesta de algunos hoy es que se arreglen como puedan”.
Por otro lado, la dirigente apuntó que los conflictos familiares, señalados por el ministerio como el principal desencadenante de de los suicidios en la Policía, “muchas veces son generados por la propia tarea policial”. “Hay procedimientos, hechos violentos, accidentes de tránsito. Eso trabaja en la psiquis de muchos policías. Claro que cuesta dejar de lado lo laboral y muchas veces trasladás los problemas al hogar. Además el policía, con el sueldo solamente muchas veces no puede mantener a la familia y tiene que complementar con servicios de 222”, dijo.
“Es como una olla a presión con fuego abajo a la que le ponen la tapa”, decía meses atrás el psiquiatra Sergio Gustavo Evrard al diario argentino Clarín, responsable de atender a varios policías de “la Bonaerense”, la fuerza de la provincia que es similar al caso uruguayo por su elevada tasa de suicidios respecto al resto de la población y que llevó a la administración de Axel Kiciloff a elaborar de urgencia un programa de prevención del suicidio policial.
Puerta de emergencia
El Ministerio del Interior consolidó desde agosto del año pasado la atención psicológica en Puerta de Emergencia del Hospital Policial, con ocho psicólogos que hacen turnos de 12 horas entre lunes y domingos, según indicó la cartera al Frente Amplio.
El director de Salud Mental de la Sanidad Policial alegó por otro lado que hacen “talleres” en todo el país para la “prevención, no solo del suicidio, sino también de diversos trastornos de salud mental”.
Smerdiner sostuvo en esa respuesta que “se promueven hábitos saludables y se informa sobre los síntomas más frecuentes” de afecciones como la depresión y el estrés, al tiempo que aclaró: “No existe un número limitado de talleres, sino que se sostienen hasta que todos los funcionarios de las diferentes unidades hayan recibido la información”.
Si precisás asistencia existe la línea Vida 0800-0767. Esta línea es de carácter gratuito, disponible las 24 horas del día y para toda la población del país, sean usuarios del sector público o del sector privado.