La cámara baja del Parlamento alemán (Bundestag) aprobó este viernes por mayoría la Ley de Autodeterminación de Sexo Registral, que permitirá a todos los mayores de 14 años modificar su nombre y sexo en el registro civil sin necesidad de presentar informes periciales y una decisión judicial, como era el caso hasta ahora.
El cambio de nombre y de sexo será efectivo tras tres meses de espera y los menores de edad precisarán de consentimiento paterno, aunque en caso de faltar éste podrá dirimir el caso el juzgado de familia, según la nueva norma, que entrará en vigor el próximo 1 de agosto.
La ley fue aprobada con los votos a favor de la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales, mientras que se pronunciaron en contra diputados de la oposición democristiana, de la ultraderecha y de la izquierda, lo que resultó en 374 ‘Síes’, 251 ‘Noes’ y 11 abstenciones.
La verde Nyke Slawik, una de las primeras diputadas transexuales del Bundestag, realizó un alegato a favor de la nueva ley en el que narró el procedimiento que tuvo que realizar para obtener un nuevo documento de identidad, y que le llevó dos años y 2.000 euros en gastos burocráticos.
“Nuestra dignidad siempre se está negociando”, afirmó, en relación a los “obstáculos inhumanos” a los que según dijo se enfrentan las personas transexuales para ser ellas mismas.
“Como joven hubiese deseado que existiese una ley así y fue una de las razones por las que me presenté como candidata al Bundestag”, remachó.
Por su parte, la diputada democristiana Mareike Lotte Wulf tomó la palabra para defender la ley que estaba en vigor hasta ahora y que data de 1980, la cual representaba hasta hace relativamente poco el “consenso político”, según dijo.
Wulf reiteró la postura de su partido, que se opone a que el sexo registral se pueda cambiar sin tener que demostrar una “motivación”, lo que según refirió abre la puerta a “posibles abusos”.
Si no se demanda que los interesados se hayan sometido a algún tipo de asesoramiento, el Estado “no se está asegurando de que realmente están informados sobre la decisión que toman” y, sobre todo, está siendo negligente en lo que respecta a su “función de protección frente a niños y adolescentes”, afirmó la diputada.
También Sahra Wagenknecht, la líder de la alianza homónima que se escindió recientemente del partido La Izquierda, cargó contra la ley, al afirmar que pone en riesgo la protección de los derechos y espacios de las mujeres.
Según datos del comisionado del Gobierno alemán para cuestiones de derechos LGTB, se espera que al año unas 4.000 personas soliciten el cambio de nombre y de sexo en el registro.
La ley en vigor desde 1980 obligaba en un principio a quienes quisieran cambiar su nombre y sexo registrales a estar divorciados y a haberse sometido a operaciones que les hubieran dejado sin capacidad de reproducirse antes de que la modificación pudiera llevarse a cabo.
No obstante, el Tribunal Constitucional alemán tumbó a través de varios fallos estos requisitos y en la actualidad se exigían únicamente dos informes psicológicos y una decisión judicial para hacer efectivo el cambio de nombre.
La Ley de Autodeterminación aprobada este viernes formaba parte de los compromisos contenidos en el contrato de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.