El Parlamento del Mercosur (Parlasur) desvinculó este lunes a Diego Cuiñas, funcionario del organismo que había sido condenado en diciembre por haber sido el nexo del exsenador Gustavo Penadés en la trama que intentó ocultar su culpabilidad por abuso sexual de niños y adolescentes.
Desde que se le incautó el celular al exsenador Penadés, en el que se encontró el flujograma que lo vinculó al policía Carlos Taroco, la Fiscalía investigó cómo se conectaron ambos. Si bien el ámbito del Ministerio del Interior parecía el más obvio, por ser el entonces ministro Luis Alberto Heber amigo muy cercano de Penadés, no fue ese el camino hacia Taroco. El vínculo llegó a través de un funcionario del Parlasur que también trabaja en el Parlamento: Cuiñas.
Penadés y Cuiñas se conocen por el ámbito parlamentario desde hace años pero estrecharon vínculo cuando, a fines del año pasado, el senador blanco asumió la Presidencia para el período 2023 del Parlasur.
Asimismo Cuiñas es masón y conocía a Taroco de esa institución. De ahí que la fiscal Alicia Ghione le dijera a Jonathan Mastropierro, una de las víctimas del caso Penadés a la que informaba de los avances, que no creía que fuera “sólo el Partido Nacional” el involucrado en el caso sino que había “lío de la logia”, en relación a la masonería.
Penadés habló con Cuiñas y éste le pidió ayuda a Taroco, exdirector de Inteligencia Carcelaria y exdirector del Comcar, quien conocía a Mastropierro de cuándo había estado preso. Así fue que armó el esquema que tenia a Mastropierro y a Romina Celeste en el centro y por el que pretendían demostrar que ellos eran los promotores de hacer caer a Penadés.
Sin embargo, según dijeron las fuentes del caso, Penadés se cuidó mucho de compartimentar la información y Taroco no le entregaba información directamente a Cuiñas.
El novel presidente del Parlasur, Alfredo Olmedo, lideró las negociaciones para que Cuiñas sea desvinculado “cuanto antes” del Parlamento del Mercosur, porque, según revelaron fuentes del Parlamento, “desprestigia a la institución y es una vergüenza”.