El gobierno conservador de Nueva Zelanda con mayoría parlamentaria presentó un proyecto de ley para desmantelar la Autoridad de Salud Maorí, una agencia creada en 2022 para mejorar los resultados de salud de la comunidad originaria, que representa el 17% de la población del país.
El desmantelamiento del organismo, creado por la anterior administración laborista y conocida como Te Aka Ora, lo anunció el ministro de Salud, Shane Reti, quien afirmó que las funciones de la agencia serán absorbidas por el sistema nacional de salud.
La creación de la agencia fue recomendada por una comisión permanente, conocida como el Tribunal Waitangi, que ha escuchado las demandas de los maoríes desde la década de 1970 y sugerido desde entonces reparaciones para elevar el nivel de vida de la comunidad, que exhibe altos niveles de privaciones y malos resultados en materia de salud.
La coalición de centroderecha del primer ministro Christopher Luxon, que asumió el poder en octubre último, ha prometido deshacer las políticas del anterior gobierno laborista, en particular las que promueven el uso oficial de la lengua maorí y buscan mejorar los niveles de vida y los derechos de los indígenas.
Luxon sostiene que sus políticas tienen como objetivo dar a todos los neozelandeses los mismos derechos. Reti, por su parte, argumentó que transferir las funciones de la Autoridad de Salud Maorí al sistema nacional tendrá como consecuencia “una mejora de la salud de todos los neozelandeses, incluidos los maoríes”.
“El fin de la Autoridad de Salud Maorí no significa el fin de nuestro enfoque en la salud de la comunidad”, agregó Reti. “Vamos a trabajar con los grupos indígenas para trazar una nueva dirección para la salud maorí”, argumentó ante las críticas de oenegés y organizaciones defensores de las minorías.
Los grupos indígenas salieron al cruce de la medida, señalando que la decisión del gobierno socava sus derechos. Jacqui Harema, directora ejecutiva de la mayor entidad maorí de salud pública, Hapa to Hauora, dijo que los maoríes sabían mejor cómo cuidar de su propia gente y mejorar sus resultados.
Harema, además, calificó como “alarmante” la disolución de la Autoridad de Salud Maorí. “Los maoríes saben qué es lo mejor para ellos. Necesitan poder recibir financiación para poder ofrecer soluciones que se basen en nuestra propia visión del mundo para nuestro propio pueblo”, dijo la especialista.
Los observadores locales destacan que cuando los proveedores de salud maoríes recibieron financiación de la agencia para administrar las vacunas contra la Covid-19 tuvieron más éxito en llegar a su población debido a que trabajaron con las familias, lo que genera un estrecho vínculo de confianza.
Las políticas indígenas del gobierno han desencadenado protestas y acciones legales en todo el país y se espera que el plan para cerrar la Autoridad de Salud Maorí se produzca antes que el Tribunal de Waitangi se expida sobre la demanda interpuesta por la comunidad.
(Con información de agencias)