Juan Manuel Pons, más conocido como el “Bambino”, es un relator argentino que alcanzó la fama al narrar los partidos de la Premier League de una forma distinta: entona canciones cambiándole la letra de acuerdo al futbolista que anotó el gol.
Cuando tenía 17 años soñaba con ser jugador de fútbol profesional y según contó en el programa uruguayo Punto de Encuentro de canal 5, estuvo tres meses a prueba en Peñarol.
“Buscaban un 10 de buen manejo, vago, haragán -comenzó a contar Pons-. Yo tenía el pelo por acá, ropa tipo Mike Jagger, pantalones rosa, zapatos de plataforma. Vivía en la Aguada, Pampas 2214 y César Díaz, en la casa de mi amigo Ricardo. Salía toma el Cutcsa, el 156 en el club Sud América rumbo a Pozzolo y General Flores, en Las Acacias entrenaba la Tercera. Llego vestido como para una fiesta de 15. Me miraban los tipos, yo venía de gamulán, acá no había. Yo un salame de 17 años, un descorchado. Llego y me presentan a Juan Ricardo Faccio, técnico de la Tercera y Tito Goncálvez histórico, que me dio la bendición”, contó.
Cavani y Bambino Pons
Agregó que le dijeron que iba a empezar a entrenar con la reserva: “Mis compañeros Jorge Peruena, un 2, un negro que te mataba, Víctor Hugo Diogo, una espalda como Tyson y los tenía que enfrentar porque yo estaba en la Cuarta y ellos en Tercera. El arquero Fossati”.
Dijo que sus compañeros le pisaban los pies y no entendía: “Digo que pasa, yo soy un tipo sociable. Claro, yo tenía botines de las tres tiras, amarillos recién salido en Buenos Aires, acá no había, no los tenía ni Morena que recién había llegado de River a Peñarol. Estaban Cacho Caetano que se retiraba, Mazurkiewicz. ¿Qué pasa con mis compañeros que me tratan mal, si soy un tipo agradable?”, se preguntó.
Después, en la cancha, no lo trataron muy bien: “Yo pegaba cada salto, me escondía, me dio tres meses de vida Goncálvez y (un día) me dijo, ‘porteño venga acá'”.
Goncálvez lo llamó y le dijo tres cosas: “Usted tiene tres problemas: salta como un canguro, corre menos que un ciempiés y no hace un gol ni sin arquero. Vuelva a Buenos Aires que un día me lo va a agradecer”.