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Un equipo policial llegó en la madrugada del lunes al barrio Marconi, cuando su compañero de 37 años del área de Investigaciones ya había sido asesinado. Los efectivos fueron al lugar “en apoyo por disparos de armas de fuego a móvil policial” que provenían de las calles Guarapirú y Enrique Castro.
El equipo que llegó en ayuda a los policías que estaban en Marconi lo hizo tras detectar los disparos mediante la aplicación ShotSpotter, que el Ministerio del Interior adquirió hace poco tiempo y que comenzó a funcionar el 14 de diciembre tras una etapa de testeo.
El software alertó de los disparos efectuados en el lugar donde finalmente se encontraron siete vainas de una pistola de nueve milímetros.
El ministerio colocó sensores en techos y columnas en dos zonas de Montevideo –que se seleccionaron con base en las denuncias e información de la Policía y que son reservados por razones de seguridad– que detectan el sonido de disparos.
Los micrófonos –que no captan sonido de conversaciones, por ejemplo– tienen como objetivo alertar cuando se produzcan disparos y abarcan dos cuadrantes diferentes: uno de siete kilómetros cuadrados y otro de cinco kilómetros cuadrados.
Los sensores están conectados a un software que se instalará en el Centro de Comando Unificado (CCU) y allí un agente determina, mediante el sonido, si se trata de disparos u otro tipo de estruendo (como bombas de pirotecnia, por ejemplo). También determina si se trata de un disparo de un arma corta o larga.
A su vez el policía puede saber, mediante la triangulación de los sensores en el barrio, en qué ubicación ocurrió el disparo y en menos de un minuto dará aviso a los oficiales para que acudan al lugar. Fuentes del Ministerio del Interior explicaron que el sistema permite llegar al lugar de forma más rápida y que habrá más posibilidades de salvar la vida de una persona baleada.