Las revelaciones relacionadas con la Biblia, como por ejemplo el descubrimiento de un capítulo secreto, siguen resonando en la sociedad. Sin embargo, una historia reciente en Nueva Zelanda ha dejado a todos asombrados: una familia compró una casa y se topó con un ejemplar de una edición prohibida, que fue bautizada como la “Biblia Maldita”.
Este excepcional hallazgo se trata de un libro impreso en el año 1631. En esta versión, se comete un error grave en el Séptimo Mandamiento. Aunque se presume que se trata de un simple error tipográfico, muchos creen que fue la obra de Satanás, lo que motivó la inmediata prohibición de su circulación.
La adquisición de esta histórica edición por parte de Chris Jones, un erudito en estudios medievales y miembro destacado de la Sociedad de Antigüedades de Londres, despierta un gran interés. Jones, junto a su equipo, se embarcó en una investigación de las páginas de la así llamada “Biblia Maldita”.
La “Biblia Maldita” revela su contenido
En 1631, el rey Carlos I de Inglaterra encargó a los renombrados impresores reales de Londres, Robert Barker y Martín Lucas, la tarea de imprimir una nueva edición de la Biblia King James. Lo que nunca se hubieran imaginado es que esta edición contendría un error crítico que les causaría un enorme dolor de cabeza.
El error en cuestión se localiza específicamente en el Séptimo Mandamiento, donde, en lugar de enunciar “No cometerás adulterio,” la versión impresa decía “Cometerás adulterio.”
Este desliz fue interpretado como un mensaje satánico, y con celeridad se decretó la prohibición de su circulación.
Además, tanto Barker como Lucas fueron sancionados con una multa de 300 libras esterlinas y se les retiró la licencia de impresión, debido a la gravedad de su error.
A pesar de que muchos ejemplares fueron retirados de circulación, algunos permanecieron en viviendas particulares. Algo que permitió que, más de cuatro siglos después, apareciera una de estas ediciones en una vivienda en Nueva Zelanda.