La lista de nominadas a Mejor película en los Oscar de este 2024 incluye diez títulos. Entre ellas hay algunas que fueron muy exitosas entre el público, como Barbie y Oppenheimer; y otras que han llamado la atención desde que se estrenaron en las últimas semanas, como Anatomía de un caída y Pobres criaturas.
Y también hay una película que pasó casi desapercibida, que ha acaparado una porción mínima de la conversación de los premios: American fiction. Bajo el título Ficción a la americana, el filme se estrenó este jueves 27 en la plataforma Amazon Prime Video, una de las últimas candidatas a la estatuilla dorada en poder verse en Uruguay.
Dirigida por el debutante Cord Jefferson (de amplia experiencia como guionista y director en el campo de las series), y basada en la novela Erasure, American Fiction es una sátira que apunta sus dardos contra el mundillo cultural, en particular contra la industria literaria aunque también tira contra el cine, y contra el racismo y la “culpa blanca” de los sectores más progresistas de la sociedad estadounidense. Por otro lado, se pueden trazar líneas paralelas y encontrar puntos de contacto con experiencias universales o que involucran a otros colectivos que son cooptados por las industrias culturales para facturar aprovechando el panorama cultural y social de una época determinada, por lo general agregando un adjetivo que en el fondo es innecesario —literatura infantil, femenina, afro, latinoamericana, o lo que sea—.
Ese es el descubrimiento de Thelonius “Monk” Ellison, un profesor universitario y escritor de ficción afroamericano (interpretado por Jeffrey Wright, nominado por este rol), un tipo bastante amargado con la vida, y con esa soledad mezclada con dificultad para entablar vínculos que tienen los grandes genios. Monk no le vende un libro a nadie, y maltrata a sus estudiantes, por lo que sus jefes lo invitan a tomarse unas vacaciones y le imponen una suerte de exilio que implica volver a su casa familiar en Boston.
Ahí se reencuentra con su familia y sus problemas: una pérdida inesperada, una madre que se va deteriorando gradualmente y un hermano (un brillante Sterling K. Brown, también nominado) que acaba de salir del clóset. Aunque no todo son malas para Monk, que también empezará un nuevo vínculo romántico.
Sterling K. Brown en American Fiction
En paralelo a todo este melodrama familiar, el escritor descubre con horror que hay un nuevo fenómeno editorial en las librerías, un texto sobre la vida en el gueto escrito por una joven mujer negra. Como represalia, Monk se crea un seudónimo, se inventa una vida falsa como prófugo de la justicia y escribe un libro en la misma línea, lleno de clichés, para mostrar la hipocresía, el lado más absurdo de la corrección política y el paternalismo de una industria dominada por personas blancas que buscan así lavar culpas y rasgarse las vestiduras ante la opresión ajena. Y se convierte en un exitazo.
Partiendo de esa premisa, lo que sigue son los cada vez más delirantes e hilarantes intentos de Monk por sabotear su propia creación, que va desnudando no solo los problemas del sistema – de los premios literarios, los manejos de las editoriales y del mercado— sino también los suyos propios, dándole un costado íntimo que hace de American fiction una historia más cálida, y termina de redondear un guion excelente.
A eso se suman algunos recursos metatextuales y metaficcionales que le dan un toque juguetón a esta película. Sin hacer revelaciones innecesarias, el final tiene un giro particular que hace que el chiste suba un escaloncito más.
Aunque a veces peca de obvia o de intentar abarcar más de lo que puede apretar, American fiction aporta unas cuantas risas y deja servidas unas cuantas preguntas para masticar. Puede pasar algo desapercibida en una competencia por el Oscar donde otras películas están por encima en su confección o donde simplemente brillan más, pero tiene mucho para decir, y lo hace de una forma eficaz y sobre todo divertida. Y a veces esa es la mejor forma de decir las cosas.