La inestabilidad económica, el avance de la inflación y la inexistencia de políticas públicas en torno al acceso a la vivienda propia impactan de manera directa en todos los estratos sociales y actividades productivas. La situación de los inquilinos se agrava cada vez más ya que, a los altos costos de los inmuebles, se suma el número cada vez más escaso de propiedades existentes en el mercado destinadas al alquiler en Argentina.
El avance de la inflación se observa de manera directa en los valores de los contratos que se renuevan mes a mes, la situación se agrava cada vez más y las voluntades políticas para mejorar la situación brillan por su ausencia. Un ejemplo de ello es la no inclusión de las modificaciones propuestas para la Ley de Alquileres en las sesiones extraordinarias del Congreso de la Nación.
En el caso del mes de febrero, los inquilinos deberán afrontar aumentos que llegan casi al 90% respecto del año anterior. Las actualizaciones se calculan de acuerdo a lo establecido por la Ley de Alquileres que rige desde el 2020 y toma como base la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) y la inflación (IPC).
¿Existe una dolarización?
La situación es compleja ya que ante la inexistencia de políticas de acceso a la vivienda propia pareciera perpetuarse un proceso de “inquilinización”. Al panorama desalentador se suma una tendencia que en algunas provincias se observa desde hace un tiempo, algunos propietarios optan por fijar los valores de los alquileres en dólares.
“Venimos observando desde hace tiempo una dolarización marcada en el segmento de alquiler para el ABC 1 que se refiere a propiedades en barrios privados de cierta categoría. Estamos hablando de propiedades de 800 dólares mensuales en adelante…ese segmento si se está dolarizando de forma sostenida”, informaron desde Inmoclick, uno de los portales de búsqueda de propiedades que incorpora a más de 460 inmobiliarias de la provincia de Mendoza.
En esa misma línea, el titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, Estanislao Puelles Milán, expresó: “No hay una dolarización general del mercado locativo. Lo que sí sucede es que algunas propiedades muy especiales segmento ABC1 y sobre todo cuando están muy equipadas con amoblamiento de mucho valor de reposición, los valores pueden pedirse en dólares pero son las excepciones” y agregó: “Según los datos que a nosotros nos arroja Mendoza Prop, el ofrecimiento de alquileres en dólares llega al 2,5%”.
Puelles Milán destacó que “a veces se piden dólares para mantener un precio pero después el contrato se hace en pesos tomando un dólar intermedio entre el Blue y el dólar MEP. De ninguna manera hay una dolarización de los alquileres, si no sería imposible alquilar”.
El regreso a casa…
El derrumbe en la oferta viviendas para alquilar que se produjo desde la sanción de la Ley de Alquileres se mantiene en todo el país y tuvo como consecuencia el aumento de precios de casi el 300% en los últimos dos años y una vacancia casi inexistente que provoca que miles de familias no encuentren opciones para alquilar. Ante la falta de opciones, valores imposibles de sostener en el tiempo y un poder adquisitivo cada vez menor, algunas familias optan por compartir vivienda.
“Desde enero decidimos irnos a vivir a la casa de mis suegros ya que el alquiler del lugar donde vivíamos aumentó más del 70% y se nos hacía imposible pagarlo”, contó María quien junto a su esposo y tres hijos comparte una vivienda en Godoy Cruz.
“Perdimos la capacidad de ahorro y vemos que el monto que destinamos en el alquiler de una casa está perdido…por suerte tuvimos la posibilidad de compartir vivienda y de esa forma podemos ahorrar un poco más aunque con los aumentos de los alimentos, servicios y ropa, llegamos bastante jugados a fin de mes”, expresó.
Al igual que María, Sabrina se vio obligada a retornar a su casa materna hace tres meses debido a los incrementos en el valor de los alquileres. “Tenía que renovar el contrato y el nuevo monto era muy alto teniendo en cuenta mi sueldo. Después de evaluar muchas opciones decidí volver a la casa de mi madre ya que no me quedaba otra posibilidad. Busqué en muchos departamentos pero las opciones eran inaccesibles”, relató.
Como María y Sabrina, son muchas las familias y jóvenes que se vieron obligados a retornar a las casas paternas y maternas ante la imposibilidad de afrontar los costos de un alquiler.