Este miércoles, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, tuvo una reunión con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en Tel Aviv. Tras el encuentro, la embajada estadounidense y la oficina del primer ministro aportaron comunicados en los que no daban detalles de ese esperado encuentro.
Blinken venía de una ronda de conversaciones con otros mediadores, algunos de los cuales avalaron la propuesta de Hamás, consistente en la entrega a Israel de los 136 rehenes que quedan en Gaza, 31 de ellos ya muertos.
Según el borrador de la contrapropuesta consultado por la agencia Reuters, la milicia islamista quiere 135 días de alto el fuego durante los cuales liberaría a los secuestrados de forma escalonada a cambio de la excarcelación de cientos de presos palestinos, la retirada de las tropas israelíes de toda la Franja, la entrada de más ayuda humanitaria, el comienzo de la reconstrucción del territorio y la negociación indirecta del fin definitivo de la guerra.
Eso planteaba el documento que Hamás entregó el martes a los mediadores y que Blinken conversó este miércoles con Netanyahu. Blinken tiene apuntada una reunión con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina Mahmud Abbas, pero el funcionario estadounidense tampoco es bien recibido en la población palestina.
Lo que sí sucedió fue un anuncio de Netanyahu en dirección contraria. Ordenó al ejército “preparar” una ofensiva sobre Rafah, la ciudad más meridional de la Franja de Gaza, y aseguró que la victoria sobre Hamás es “cuestión de meses”.
En un discurso en televisión, Netanyahu también consideró que cumplir con las demandas del movimiento islamista palestino Hamás sólo “conduciría a otra masacre”.
Desde hace varios días se teme una ofensiva en Rafah, una ciudad junto a la frontera con Egipto, que acoge ahora a la mayoría de la población del territorio palestino, que huyó hacia el sur por los combates que se libran desde octubre.
Más de 1,3 millones de desplazados, cinco veces la población inicial de la ciudad, están hacinados en Rafah en condiciones desesperadas, según la ONU.
“Nuestros heroicos soldados están luchando actualmente en Jan Yunis, el principal bastión de Hamás. Ordenamos a las fuerzas de defensa israelíes que preparen una operación en Rafah, así como en dos campamentos de refugiados, los últimos bastiones restantes de Hamás”, explicó el jefe de gobierno.
“La victoria está al alcance de la mano. Esto no se puede contar en años o décadas, es cuestión de meses”, aseguró, cuatro meses después del ataque de Hamás a Israel, el 7 de octubre, que desencadenó la guerra.