El impactante testimonio de Roy Harley, sobreviviente de la tragedia de los Andes, no deja de sorprender y emocionar a una platea en absoluto silencio, como sucedió durante la conferencia y presentación que realizó conjuntamente con los directores de la productora Cimarrón, Diego Robino y Santiago López, responsables de la pata local de la película La Sociedad de la Nieve.
Durante la jornada de expositores realizada en Punta Show, Harley conversó con El Observador acerca de esta experiencia de vida: A los 6 meses de haber salido de la montaña me empecé a preguntar ‘¿por qué?’, por qué sobrevivimos los que sobrevivimos y por qué se murieron los que se murieron. Yo le cambié de lugar cinco minutos antes de la avalancha a mi íntimo amigo Diego Storm. Trato de vivirlo lo más naturalmente posible. La vida me ha sido muy favorable, me ha dado un premio, soy un agradecido de la vida, y de ser parte de esa historia, la gente te abraza, te pide una foto. El de arriba sabrá porque nos salvamos, por suerte también yo iba en la fila 12, si hubiera ido en la 16, no estábamos acá charlando”.
¿Al igual que Carlitos Páez, considerás que actuó la casualidad o el destino?
Llamale casualidad, llamale destino. Yo me cambié de lugar en la avalancha. Quedé tapado por la nieve, no se si el resto se habían dormido, a mí me habían tapado como 40 o 50 centímetros de nieve. Pegué un salto y pude sacar la cabeza y ver todo el avión tapado, la mitad del fuselaje, la mitad del diámetro estaba cubierto de nieve. Sentí unos gritos a lo lejos, porque había unos chicos que estaban sobre las mamparas, que les había caído arriba de la cabeza y tenían una cámara de aire. Creo que es única en el mundo, nunca más se va a repetir algo parecido, hasta por la tecnología y las cosas que pasan. Pero venir en un avión que se cae en la cordillera, que se mueren 18 al principio, escuchás que no te buscan más, viene una avalancha y te tapa de nieve, te empezás a morir de hambre y tenés que usar los cuerpos de tus amigos, hay una suma de cosas que es impresionante.
¿Le tocó armar una radio, y escucharon el fatídico día que no los buscaban más?
Nosotros la radio la empezamos a escuchar a partir día del accidente, al otro día encontré la radio. También ahí ves coincidencias. Yo estudiaba con un chico, en realidad estaba en primero de facultad, no sabía nada, análisis, álgebra, números y nada más. Tenia un pequeño truco para aumentar la ganancia de aquellas radios a transistores, y eso fue lo que hice. Y eso fue lo que nos salvó. Si yo no hubiera sabido ese pequeño truco, no hubiéramos escuchado la noticia, nunca hubiéramos dejado de esperar, ¿hasta cuando hubiéramos seguido esperando, sin ponernos activos a trabajar, a organizarnos nosotros?. Hay una suma de mil casualidades que se van cerrando y bueno, termina con 16 sobrevivientes.