Horas después del ataque armado contra una sala de conciertos en el norte de Moscú el pasado viernes, la organización Estado Islámico (EI) se atribuyó en su canal de Telegram la responsabilidad del asalto.
El grupo sunita radical publicó un video del asalto como prueba de su autoría y Estados Unidos dio credibilidad al mensaje ya que días antes alertó a sus ciudadanos en Rusia de evitar espacios públicos ante la amenaza de un ataque “extremista”.
Washington asegura que alertó a Moscú, que guarda silencio de momento, pero se desconoce el detalle de la advertencia en un momento de máxima tensión entre ambos países por la guerra en Ucrania.
Rusia presentó este domingo a los cuatro presuntos autores del ataque, que dejó al menos 137 muertos y más de un centenar de heridos, y los acusó de “terrorismo”.
Testigos contaron a la BBC que personas vestidas de marrón irrumpieron en el Crocus City Hall, poco antes de las 8:00 p.m. del viernes, y dispararon con rifles de asalto y lanzaron bombas molotov contra los asistentes de un concierto de la banda de rock Picnic.
El ataque provocó el incendio del auditorio. Parte del techo se derrumbó y el fuego se trasladó a la parte delantera del Crocus, destruyendo los dos pisos superiores.
El gobierno ruso aún no ha ofrecido una versión oficial sobre quién podría estar detrás del ataque y canales rusos de propaganda aseguraron que la declaración de Estado Islámico era falsa.
Las autoridades no precisaron aún si los cuatro sospechosos presentados ante los tribunales pertenecen a EI ni las posibles razones del atentado.
Ante la incertidumbre, varios analistas explican por qué Rusia es un objetivo del EI y qué tan factible es que esta organización haya cometido el atentado en el auditorio.
El factor talibán
Estado Islámico tiene una violenta historia de ataques contra Rusia. En 2015, el grupo se atribuyó la responsabilidad de la explosión de un avión ruso que despegaba de Egipto en el que viajaban 224 personas. En 2022, la organización atacó la embajada rusa en Kabul y murieron dos diplomáticos rusos y cuatro afganos.
Entre los reclamos históricos de los islamistas contra el Kremlin figuran las guerras de Afganistán y Chechenia. Actualmente, la organización condena los ataques rusos contra sus fuerzas en Siria y África Occidental.
“La participación de Rusia en operaciones contra EI y sus aliados, especialmente en Siria, y los intentos de establecer vínculos con los talibanes, hacen de Rusia un adversario clave”, explicó Amira Jadoon, profesora asociada de la Universidad de Clemson en Estados Unidos y coautora del libro “EI en Afganistán y Pakistán”.
El ataque al auditorio se atribuye a la célula afgana de EI que se originó en la provincia de Khorasan, en el este de Afganistán. Este grupo surgió en 2015 en LA región donde una vez se escondió Osama bin Laden.
Al principio sus objetivos eran principalmente locales: la comunidad chiíta de Afganistán, a la que EI considera herejes, y el movimiento talibán, que fue criticado por su participación en negociaciones de paz con Estados Unidos.
Pero ahora el motivo más convincente para el ataque de EI de la provincia afgana de Khorasan contra Rusia sería el factor talibán.
“Los talibanes son el peor enemigo de EI y esta organización considera a Rusia amiga del Talibán”, dice Michael Kugelman, director del Instituto del Sur de Asia en el Wilson Center, con sede en Washington.
Recientemente la célula afgana de EI decidió ampliar sus fronteras, lo que expertos citados por el diario Wall Street Journal consideran como una prueba de que “la organización terrorista está abandonando su cuna, Siria e Irak, donde sufrió una derrota total”.
“La incursión en Rusia encaja en este patrón, sobre todo si se tiene en cuenta que recientemente los servicios de inteligencia de varios países occidentales han alertado de posibles ataques terroristas en sus territorios”, dijo Lucas Webber, cofundador del centro de investigación de conflictos militares Militant Wire.
Enemigos de la fe musulmana
La propaganda de EI en los últimos años ha retratado al presidente ruso, Vladimir Putin, como un enemigo de los musulmanes y una fuente de persecución contra ellos en Rusia y en el extranjero.
“La lucha de Estados Unidos y el mundo democrático con las potencias autoritarias (Rusia, Irán y China) se ha intensificado en medio de las guerras en Ucrania y Gaza. Pero para Estado Islámico, todos son enemigos de la fe musulmana y todos deben ser destruidos”, escribieron dos expertos en Estado Islámico en Wall Street Journal.
“La estrategia de EI es atacar no muy a menudo pero con precisión”, explicó Riccardo Valle, experto en islamismo y director del centro de estudios Khorasan Diary en Islamabad. “El objetivo es proyectar una imagen de resiliencia para atraer seguidores”.
“EI está dispuesto a esperar pacientemente el momento adecuado para atacar”, añadió.
“Hoy están en Moscú. Hace poco estuvieron en Irán. Habrá más ataques, posiblemente en otras capitales”, dijo el analista militar y excoronel del ejército turco Murat Aslan a la cadena Al jazeera.
El presunto rechazo de las autoridades rusas a los migrantes de Asia Central que van a Rusia como mano de obra puede ser otro factor que influyó en el ataque.
Aunque los migrantes buscan aprovechar las oportunidades de empleo que deja la movilización de civiles hacia el frente de la guerra en Ucrania, a menudo hablan mal ruso y son maltratados o atacados por la policía.
“La actitud de las autoridades hacia los migrantes contribuye ciertamente a la radicalización de EI”, dijo Kadyr Toktogulov, exembajador de Kirguistán en Washington, al diario Wall Street Journal.
Nuevas pautas
Al día siguiente al ataque, EI emitió una nueva declaración para atribuirse la responsabilidad por lo ocurrido en la sala de conciertos.
Un informe de la agencia de noticias Amak, presuntamente vinculada a EI, publicó una fotografía que parece mostrar a cuatro participantes en el ataque. Sus rostros aparecen medio cubiertos por máscaras y difuminados por un filtro fotográfico.
Sin embargo, según Mina Al-Lami, experta de la BBC en grupos extremistas, este mensaje no menciona qué oficina regional preparó y llevó a cabo el ataque.
En la declaración sobre el Crocus City Hall sólo dice: “Rusia“.
Al-Lami advierte que la falta de mención de la rama regional es una práctica común de EI. En este caso puede indicar que la organización intenta proteger a su célula en Rusia de la atención de las fuerzas de seguridad.
O incluso puede significar que la rama regional no participó en el ataque.
Los canales rusos progubernamentales también llamaron la atención sobre la falta de mención de la rama regional de EI. Por ello, consideran que la declaración del grupo es falsa y prefieren apuntar a Ucrania, algo que Kyiv niega.
En enero de 2024, cuando EI se atribuyó la responsabilidad de los ataques en la ciudad iraní de Kermán, tampoco identificó a la filial regional que llevó a cabo el ataque.
Al-Lami dijo que hay mucho en común entre el ataque contra la sala de conciertos en Moscú y el de enero en Kermán. En primer lugar, el número de víctimas (más de 100 muertos en Rusia y alrededor de 100 en Irán). Y en segundo lugar, el hecho de que ambos fueron cometidos en países donde la organización no tiene presencia significativa, afiliados activos o base de apoyo.
Los sospechosos
Los sospechosos acusados de perpetrar el atentado a las afueras de Moscú fueron identificados por las autoridades rusas como Dalerdzhon Mirzoyev, Saidakrami Murodali Rachabalizoda, Shamsidin Fariduni y Muhammadsobir Fayzov.
Al presentarse este domingo en el tribunal, Mirzoyev y Rachabalizoda tenían moretones en los ojos, y la oreja de Rachabalizoda estaba vendada. Las autoridades dijeron que se la cortó parcialmente durante el arresto.
Fayzov fue llevado ante el tribunal en silla de ruedas y parecía que le faltaba un ojo, según la agencia de noticias Reuters. La cara de Fariduni estaba muy hinchada.
Los expertos coinciden en que EI y sus seguidores verán los ataques de este año en Rusia e Irán como un gran golpe propagandístico que intenta ayudar a la organización a restaurar su imagen como amenaza global e impulsará sus esfuerzos de reclutamiento.
“A pesar de estos ataques, este es un año difícil para EI, lleno de fracasos”, añadió Mina Al-Lami.
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