“Para nosotros es desconcertante y, reitero, preocupante, la falta de reconocimiento a sus propios colegas que sí se han comprometido y están dejando todo por las diferentes causas y objetivos”, afirmó Marcia del Campo, presidenta del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), sobre uno de los cuestionamientos que mediante un comunicado público realizó al instituto y su gestión la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU).
Del Campo es ingeniera agrónoma (con una maestría y un doctorado en Bienestar Animal y Calidad de Producto obtenidos en Europa), investigadora principal del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INBA) y productora rural.
Desde su rol de presidenta del INBA, respondió a El Observador sobre las afirmaciones contenidas en el comunicado de la gremial que nuclea a veterinarios.
En el comunicado se alude a una “profunda preocupación” y “mala gestión” en el INBA, considerando que no se atiende la problemática de los perros sueltos en el medio rural y urbano… ¿qué puede informar sobre lo que ha hecho el INBA para solucionar esa problemática?
Lo relevante aquí es la acusación de mala gestión de una institución de la cual se es parte y, por tanto, en parte responsable, tanto de sus decisiones como de su gestión.
Tengamos en cuenta que el INBA es hoy nada más y nada menos que la conjunción de ocho instituciones y organizaciones de las cuales SMVU es una de ellas. Es así que considero que no es lógico exigir y acusar a un intangible, que claramente, y en definitiva, somos nosotros mismos.
La integración de un consejo directivo honorario (CDH) tan numeroso y con entidades públicas y privadas con intereses y visiones diferentes, y en ocasiones hasta contrapuestos, requiere de una gran capacidad de escucha, tolerancia y comprensión de los distintos puntos de vista. En síntesis, una cabal comprensión de la democracia y de la cultura institucional.
En referencia al tema perros sueltos, mencionar que llama la atención que una organización que dirige al INBA y que, por tanto, conoce la complejidad de la problemática de primera mano, se refiera a ella en un comunicado público, sin haber propuesto alternativas en la interna del instituto.
También en referencia a animales de compañía, el reclamo, en mi opinión válido, de parte del representante titular de SMVU en el seno del CDH, fue que el INBA realizara convenios en forma directa con el SMVU o los Comité Médico Veterinarios (CMV’s) para las castraciones de ciudadanos de bajos recursos. Esto no fue posible durante mucho tiempo, pero en 2023 se aprobó el mecanismo para conveniar con privados. Es así que, a finales de 2023, concretamos los convenios con ocho ONG’s protectoras de animales y anunciamos al SMVU que con ellos se haría en 2024.
En lo personal considero que este proceso fue muy satisfactorio, ya que implicó un tiempo de estudio legal y notarial, lográndose los objetivos.
En el primer CDH de 2024 se solicitó formalmente al titular del SMVU el listado de CMV’s de todo el país que estuvieran interesados y el número de animales a castrar por cada uno, para asegurar la reserva del dinero y concretar los llamados.
El resultado de ese relevamiento nunca fue entregado por la SMVU al CDH del INBA, habiendo sido solicitado en sucesivas sesiones semanales.
Acciones de campo del INBA.
Se indica que “el consejo directivo honorario de INBA no tiene poder de decisión” y que “la presidencia del instituto no tiene en cuenta la opinión de la profesión veterinaria”, ¿qué considera sobre esas afirmaciones?
Considero que son acusaciones muy graves y realizadas sin la fundamentación que ameritan.
Las competencias y facultades del INBA están claramente especificadas en su ley de creación, así como el órgano que lo dirige que es el CDH. Por otra parte, el CDH del INBA cuenta con un estricto reglamento de funcionamiento que fue votado por todos sus integrantes, de la misma forma que son votadas las resoluciones que el instituto toma, acorde a las competencias y facultades antes mencionadas.
Pero lo que más me inquieta como titular del cargo al que se hace mención, es la desestimación que reviste la segunda acusación, a los valiosísimos profesionales veterinarios que integran el CDH del INBA, incluyendo al propio representante alterno del SMVU, quien ha hecho aportes en forma constante en todos los temas y especialmente en la especie equina, desde hace dos años y hasta la actualidad.
Me permito agregar que dada la sobrepoblación canina del país y las consecuencias de la tenencia irresponsable (cifras de mordeduras, accidentes, ataques a animales de producción) en estos primeros tres años de existencia, se ha priorizado el Plan Nacional de Control Reproductivo de pequeños animales como una de las herramientas para mitigar la problemática.
En la implementación de esta política, que implica la castración e identificación obligatoria de canes y felinos, la profesión veterinaria ha tenido un rol fundamental.
Si bien el bienestar animal es multidisciplinario y, por tanto, requiere del expertise de diferentes profesiones y especialidades, en este tema en particular los veterinarios han tenido un rol clave.
De hecho, han sido quienes han liderado las grandes definiciones y las pautas de trabajo para que los procedimientos quirúrgicos se realicen acorde a normas éticas y respetando el bienestar animal.
Para nosotros es desconcertante y, reitero, preocupante, la falta de reconocimiento a sus propios colegas que sí se han comprometido y están dejando todo por las diferentes causas y objetivos.
Hay cuatro veterinarios más presentes en el CDH del INBA, además de que cada uno de los otros colectivos tiene veterinarios en su seno.
Marcia del Campo.
Otro concepto expuesto es: “Existe una evidente falta de transparencia, información y control sobre los procesos y acciones realizadas en la gestión del instituto y sus decisiones, como, por ejemplo, determinados convenios, sus resultados e incluso en la asignación y liquidación de los fondos”, ¿es verdad?
Considero que no debo ser quien responda sobre este tipo de acusaciones realizadas públicamente, dado la gravedad que revisten y a quienes involucran.
Ello se está analizando en los ámbitos que corresponde.
Es importante recalcar que el INBA funciona dentro del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y que los recursos financieros provienen directamente de dicha cartera, por lo que la utilización de los recursos está sujeta a los controles que se efectúan en todos los organismos estatales y que están previstos en nuestra normativa nacional. Es así que cuando se acusa sobre irregularidades de tal magnitud, es importante también tener claro a quién se está acusando.
Acciones de campo del INBA.
Finalmente, ¿qué piensa sobre la advertencia del SMVU de retirar a sus delegados del INBA?
Son decisiones que hay que respetar.
Como ciudadana uruguaya y con la fuerza y empuje que en lo personal, desde la ciencia y desde el agro, vengo poniendo desde hace 30 años para que nuestra sociedad evolucione en el buen trato y manejo animal, considero una infamia desde cualquier ángulo que se mire desaprovechar la oportunidad de aportar a esta enorme objetivo moral y ético que se ha trazado el país por primera vez en su historia.
Sin embargo, considerando la gravedad de las acusaciones emitidas, es una decisión que no debería sorprender.
Marcia del Campo.
¿Algún otro concepto que trasladar sobre el INBA?
El INBA es una institución que surge con esta administración. Cuando empezamos en el año 2021 teníamos el lineamiento político, un nombre y una sigla (INBA) y el hermoso desafío de armar y consolidar un organismo para atender una problemática de alta sensibilidad, que por primera vez el Estado uruguayo la definía como prioridad y le asignaba recursos. Solo teníamos eso, que, si lo miramos con perspectiva hacia el pasado y hacia el futuro, era y sigue siendo muchísimo.
Hoy, pasados tres años, tenemos una estructura central relativamente pequeña que apuesta en forma cotidiana a la articulación y a la descentralización.
Tenemos un CDH trabajando semanalmente y comprometido y normativas que hemos ido actualizando y también creando para dar respuesta con las garantías legales que cada estrategia y la intensísima acción operativa requiere.
Lo más importante a recordar es que el INBA se creó como un núcleo pequeño, con el compromiso de no agrandar el Estado, sino con la idea y el compromiso de todos sus actores, de articular para ejecutar las políticas en el territorio, es decir con los gobiernos de cercanía (departamentales) y los actores locales.
Es por ello que cada integrante del CDH tiene la enorme responsabilidad de comprometer a su colectivo en el territorio, a lo largo y ancho del país.
En ese sentido, considero que como dirigente de una institución del Estado, podemos y debemos exigir, pero también debemos proponer soluciones, involucrarnos, trabajar, respetar opiniones diferentes, aceptar cuando no se hace lo que pretendemos, avanzar en las diferencias y en los consensos, ser positivos y tener la capacidad de mirar lejos, por el bien común, por el país, por las próximas generaciones.
Todos los integrantes del CDH del INBA realizamos este trabajo de forma honoraria, que se suma a nuestros trabajos remunerados fuera y lo hacemos con enorme entrega.
En lo personal desde un inicio considero que la causa vale la pena.
Hay dificultades, algunas ingratitudes, injusticias y algunas posturas que no suman y muchas restan. Pero las otras son muchas más y más valiosas, un equipo de gente dándolo todo en nuestra interna y en el mismo CDH.
La tarea no es sencilla, tenemos entre manos un tema cultural que hay que revertir, en todas las especies y actividades que involucran animales.
El bienestar animal es una ciencia pero que nos toca tan de cerca que todos podemos creer tener la solución. Sumado a ello, estamos en un momento de la humanidad en que se exige la inmediatez y en el que juzgamos a la ligera si no se realiza lo que pretendo y en los tiempos que pretendo.
La expectativa es importante, es comprensible, pero considero que el trabajo que se está haciendo también y por supuesto perfectible y con mucho camino por andar.
Considero que por ello no debemos dejar de ver, sino al contrario, valorar, que Uruguay ha puesto un mojón, siendo el único país del mundo con un Instituto de esta naturaleza y habiendo logrado que en diversos ámbitos hoy se hable de bienestar animal y de tenencia responsable.
La preocupación por el tema incrementa en forma vertiginosa en el mundo entero y su consideración en todas las especies y actividades no tiene vuelta atrás.
El desafío es ser proactivos, estar a la altura, apostar y comprometernos en el corto, mediano y largo plazo a trabajar por un mundo menos violento, más empático y tolerante y por tanto con más bienestar animal y humano.
Y como filosofía de vida considero que, en cualquier ámbito de la vida, para empañar el esfuerzo de los demás, debemos antes, haber dado lo mejor de nosotros mismos.
Acciones de campo del INBA.