Justino Zavala, experiente tambero, directivo de la Agremiación de Tamberos de Canelones (ATC), en un editorial en la revista TODOTAMBO se pronunció sobre lo que sucedió en la última asamblea de productores desarrollada en Florida y las declaraciones que varios actores realizaron posteriormente: “Tenemos que bajar la pelota al piso y apostar al diálogo abierto y sincero, porque la cooperativa (Conaprole) nos necesita a todos”, afirmó.
También reflexionó, tras un conjunto de consideraciones: “Tal parece que el fantasma de las elecciones pasadas está siempre presente”.
En el editorial, titulado “Conaprole, construyendo puentes”, entre otras expresiones Zavala alude a que esa asamblea, con destacada concurrencia, convocada por la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF) “marcó el punto más alto de divorcio entre el directorio de la cooperativa y los remitentes a la misma” y que “se pudo medir el sentimiento de angustia y desazón de la familia tambera”.
Reflexionó que “Conaprole ha desarrollado a través de los años un estilo de conducción presidencialista y me animo a decir que personalista”, que “este estilo se ha visto particularmente exacerbado en el actual directorio presidido por Gabriel Fernández”, aunque, puntualizó, “esto no constituye, a priori, nada malo”.
Agregó, sobre eso, que la comunicación del presidente “no ha sido clara ni precisa en los últimos tiempos, tan complicados”, tras lo cual detalló ejemplos de ello, como se podrá leer más adelante.
A continuación, el editorial mencionado, publicado en la revista que fundó y dirige Daniel Gómez Bono:
CONAPROLE, construyendo puentes
Por Justino Zavala
La reciente Asamblea de productores realizada en Florida a instancias de la SPL Florida y convocada por todas las gremiales, con una muy importante concurrencia de tamberos, marcó el punto más alto de divorcio entre el Directorio de la Cooperativa y los remitentes a la misma. Más allá de la viabilidad de muchas de las propuestas realizadas por los productores, lo cierto es que se pudo medir el sentimiento de angustia y desazón de la familia tambera. El aumento de precio anunciado por el Presidente de Conaprole fue considerado en el comunicado final, en cuya redacción participaron todas las gremiales, como muy insatisfactorio.
No quiero en este artículo entrar en la discusión sobre si se pudo o no dar un aumento mayor, tema sobre el que, cómo imaginarán quienes siguen estas columnas, tengo opinión clara, pero me interesa profundizar el mensaje, la perspectiva, la fuerza con la que la Cooperativa a través de su Presidente se comunicó con los productores presentes que reitero, eran muchos.
Conaprole ha desarrollado a través de los años, un estilo de conducción presidencialista y me animo a decir que personalista, en la que el peso del presidente en las decisiones es cada vez mayor. Este estilo se ha visto particularmente exacerbado en el actual directorio presidido por Gabriel Fernández. Esto no constituye, a priori, nada malo, cada equipo (porque al fin eso es un directorio) se da la forma de funcionamiento que prefiere.
Por esta razón, la comunicación del Presidente debe ser clara y precisa, porque, como ya hemos reiterado en muchas oportunidades, las expectativas son las que hacen que los productores planifiquen en el mediano y largo plazo, más que una tonelada de números, a veces casi incomprensibles. Esta comunicación no ha sido clara ni precisa en los últimos tiempos, tan complicados. Diferentes declaraciones sobre si teníamos o no stock sin vender, si iba a haber aumento en enero, febrero o no, o incluso hasta el fin del ejercicio. Por qué iniciamos un juicio contra el Estado en este período de gobierno, por qué le seguimos vendiendo a un país notoriamente fundido, etcétera (y son muchos etcéteras). La descalificación de los que tienen puntos de vista diferentes, desconocer a algunas gremiales, presionar a medios de prensa para que no emitan opiniones discordantes, y al fin, calificar de político todo aquello que no convalide la versión oficial.
Tal parece que el fantasma de las elecciones pasadas está siempre presente.
Por eso hoy, desde esta visión crítica, muy crítica, creo que tenemos que bajar la pelota al piso y apostar al diálogo abierto y sincero, porque la Cooperativa nos necesita a todos. Tenemos ejemplos como PROLECO que nos muestran que se puede trabajar en conjunto en beneficio de los productores. Por supuesto que no todo está mal, pero hay muchos aspectos que tenemos mejorar y corregir el rumbo. Todos sabemos lo que está en juego, todos tenemos responsabilidad en el futuro de la Cooperativa, la mesa está servida.