Más de 12 bolsas de dinero en efectivo, un reloj Patek Philippe de US$ 70.000 y la remodelación de un baño de lujo son algunos de los sobornos que se dieron a conocer a raíz de la declaración de Nilsen Arias, exdirector de comercio internacional de Petroecuador (la petrolera estatal ecuatoriana) y de Antonio y Enrique Pere, dos hermanos que gestionaron los pagos de sobornos.
De sus declaraciones se desprende que la práctica del soborno estaba sumamente extendida en la industria petrolera e involucra a seis empresas internacionales entre las que se encuentran las tres más grandes: Gunvor Group, Vitol y Trafigura Group.
En sus testimonios dieron cuenta de que varias firmas estatales fueron utilizadas como fachada para hacer transacciones con Petroecuador. La primera fue Trafigura, que usó a Ancap para negocios que empezaron en 2010 con operaciones de petróleo.
“Esos sobornos fueron pagados por Trafigura a través de una empresa uruguaya, y luego a una de mis empresas, y luego a las empresas de Nilsen Arias”, declaró Pere, según consignó Bloomberg días atrás.
Ahora, durante el juicio, Antonio Pere admitió haber manejado más de US$ 100 millones para pago de sobornos y hasta reconoció que tuvo la intención de sobornar al secretarío general de Presidencia de Ecuador.
Los Pere declararon, por ejemplo, haber recibido US$ 97 millones solo de Gunvor y luego de quedarse con su tajada pagaron importantes sumas a distintos funcionarios del gobierno, entre ellos Arias que confesó haber recibido US$ 13.5 millones, entre los que se encontraban los US$ 70.000 del reloj Patek Philippe, regalo de Antonio Pere en nombre de un ejecutivo de Gunvor. Este objeto fue incautado por el gobierno de Estados Unidos como prueba.
Finalmente, Antonio Pere fe consultado acerca de si alguna vez había ayudado a un cliente en un asunto gubernamental sin pagar un soborno, su respuesta fue contundente: “No estoy seguro, no recuerdo ninguna”.