El gobierno del presidente Vladímir Putin suspendió por seis meses las exportaciones de petróleo crudo y gas natural a partir del próximo viernes en medio de una creciente demanda local y un aumento de los precios de las combustibles, según informó la agencia estatal de noticias Tass.
La decisión replica a la adoptada el año pasado y tiene como objetivo “compensar la demanda excesiva de productos petrolíferos” para “ayudar a estabilizar los precios en el mercado interno”, señaló el primer ministro el viceprimer ministro Alexander Novak en declaraciones al medio ruso RBC.
Según la información oficial, la prohibición no se aplicará a los estados miembros de la Unión Económica Euroasiática (UEEA), que incluyen a Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán, además de Mongolia y Uzbekistán, así como a las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur.
Rusia también introdujo una prohibición a las exportaciones de combustible en septiembre del año pasado a medida que se acercaba la temporada de invierno, período en el que se genera una mayor demanda interna que provoca aumentos de precios y escasez en algunas regiones del país.
Según los analistas, en esta ocasión la prohibición es significativamente más larga debido a que el Kremlin no sólo está interesado en frenar el aumento de los precios, sino también en generar espacio para el mantenimiento y la reparación de algunas refinerías que han sufrido ataques en los últimos meses por la guerra con Ucrania.
Rusia produjo 43,9 millones de toneladas de gasolina en 2023, de las cuales exportó alrededor de 5,76 millones de toneladas. Los mayores importadores son los países africanos, entre ellos Nigeria, Libia y Túnez, además de los Emiratos Árabes Unidos. Además, Moscú viene recortando en forma voluntaria sus ventas al exterior de crudo en 500.000 barriles por día como parte de los esfuerzos de la OPEP+ para sostener los precios internacionales.
(Con información de agencias)