Por primera vez se detectó una piraña en la cuenca de la laguna Merín, confirmó un trabajo científico que alertó sobre las posibles consecuencias negativas de esta novedad para la pesca y el turismo de la zona.
El informe, divulgado en la publicación digital Acta Zoológica Platense, establece que el pescador deportivo Washington Alvez capturó un ejemplar de piraña de la especie Serrasalmus maculatus en la orilla uruguaya del fronterizo río Yaguarón, en la ciudad de Rio Branco.
La piraña Serrasalmus maculatus integra la fauna del río Uruguay y de algunos de sus afluentes, pero nunca había sido registrada en el este del país, en la cuenca de la laguna Merín.
La publicación, que lleva las firmas de los zoólogos Carlos Prigioni, Heber Nion, Álvaro Sappa y Flavio Rodríguez, señala que la explicación más probable para la llegada del pez al río Yaguarón es el trasvase de aguas del río Ibicuy y sus afluentes a las arroceras de la zona. Esas aguas luego son vertidas en las lagunas Merín y de los Patos, en Brasil.
“Han bombeado agua de una cuenta para la otra y ahí se cuelan huevos, alevines o juveniles. Ya pasó con otras tres especies. La piraña sería la cuarta. Hay que ver qué ocurre. Por ahora estamos ante un único individuo”, dijo Prigioni a El Observador.
Está documentado que la corvina de río, el bagre tigre y el dientudo de cola roja ya pasaron del mismo modo de una cuenca a la otra, agregó el científico.
La captura de la piraña despertó alarma en Cerro Largo. La preocupación por el fenómeno fue planteada días atrás en la Junta Departamental por el edil Geener Amaral, representante del Frente Amplio.
Según el medio local Cerro Largo Portal, Amaral advirtió sobre posibles consecuencias negativas para el turismo y la pesca local.
El trabajo de los científicos en Actas Zoológicas respalda los temores del edil. Los zoólogos anotan que, en otros ríos, la llegada de las pirañas provocó la merma de otras especies: “La invasión de especias de la familia Serrasalmidae resultó en la disminución de la diversidad y abundancia de especies nativas del alto río Paraná y en el rio Doce, principalmente de especies de tamaño pequeño”.
Las voraces pirañas también perjudican a la pesca ya que rompen las redes de los pescadores y, en ocasiones, muerden sus capturas antes de que puedan ser extraídas del agua.
En cuanto al turismo, el trabajo establece que la presencia de estos peces, también llamados palometas bravas, ya ha perjudicado al turismo en la vecina laguna de los Patos, en Río Grande del Sur.
Prigioni dijo a El Observador que a veces se exageran los temores respecto a las pirañas. “Hay muchos mitos y leyendas”, afirmó. Sin embargo, admitió que sin dejar de ser raros, los ataques a humanos son reales.
“Lo que hay son accidentes menores, mordeduras de dedos de la mano y del pie. Nunca son accidentes graves, pero es cierto que son cada vez más frecuentes”.
En un trabajo de 2020 de Prigioni estableció que “las condiciones para la ocurrencia de ataques en el río Uruguay estarían vinculadas a situaciones muy excepcionales, como altas temperaturas, bajo nivel del río y masivo ingreso de gente al agua”.
El zoólogo listó media docena de mordidas de pirañas a personas registrados por la prensa entre 2013 y 2019, la mayoría de ellos cerca de la represa de Salto Grande. Las víctimas resultaron mordidas en sus pies. En 2014, a raíz de esos ataques, las playas de la ciudad de Concordia, frente a Salto, se cerraron por varios días y se colocaron mallas protectoras.