A lo largo del año los equipos tienen momentos donde baja el volumen de trabajo operativo. Algunos aprovechan para salir de la operación y pensar en temas que no forman parte de la agenda diaria.
El solo hecho de dedicar este tiempo agrega mucho valor, pero hemos visto que muchos equipos no logran aprovechar al máximo este valioso tiempo. Una práctica usual es que cada integrante, uno tras otro, presente los resultados del año anterior, su estrategia, sus nuevos objetivos y sus planes y luego hay tiempo para preguntas. Dedican la mayor parte del tiempo a presentar (80% o más) y lo que queda del tiempo lo usan para conversar.
Sin embargo, dedicar menos tiempo a presentar y más a conversar puede ser más efectivo y generar más compromiso porque “La gente se compromete con lo que ayuda a construir”.
Una reunión diferente
En lugar de presentar puede ser más efectivo preguntar para que cada uno conteste en forma individual y luego hacer un acuerdo. Como decía Voltaire: “Juzga a un hombre más por sus preguntas que por sus respuestas.”
Veamos algunos ejemplos de preguntas que usamos en Xn cuando facilitamos estas sesiones y que hemos visto que generan conversaciones más inteligentes y acuerdos valiosos.
Preguntas para acordar la estrategia
Aprendamos del pasado: ¿Qué hicimos bien? ¿Qué podríamos haber hecho mejor? Pongamos el foco en donde entregamos el mayor valor: ¿Qué segmento de clientes, productos y servicios tienen los mejores índices de satisfacción y recompra? ¿En cuáles somos
más eficientes? ¿En cuáles generamos más rentabilidad?
Analicemos el campo de juego: ¿Qué está haciendo la competencia? ¿Qué cambios y/o tendencias (tecnológicas/regulatorias, etc) nos pueden impactar?
Imaginemos el futuro: “Las cosas pasan dos veces, primero en la mente y luego en la realidad”. Imaginemos que hoy es 31 de diciembre de 2030, varios años adelante en el tiempo. Asumamos que logramos todo lo que queríamos lograr. ¿Qué ves en ese futuro? ¿quién está haciendo qué? ¿qué tamaño tiene la organización? ¿en qué países estamos? ¿cuál es nuestra posición del mercado? ¿cuáles son nuestros productos y servicios? ¿qué dicen nuestros clientes?
Reflexionemos y acordemos
Una vez que escuchemos las respuestas de cada miembro a todas estas preguntas, deberíamos debatir y acordar: Los aprendizajes: ¿Qué deberíamos seguir haciendo? ¿Qué deberíamos empezar a hacer o hacer más? ¿Qué deberíamos dejar de hacer?
La visión de futuro, la estrategia y los objetivos: ¿Hacia qué futuro nos queremos mover? ¿Qué avenidas/iniciativas estratégicas nos van a llevar hacia ese futuro? ¿Qué resultados deberíamos tener en tres años? ¿y este año?
Preguntas para construir la constitución del equipo
Un enfoque distinto es trabajar en llevar al equipo al siguiente nivel. Podemos primero evaluar la madurez del equipo y luego acordar que tendríamos que hacer para mejorar. Una práctica muy efectiva es construir la “Constitución del equipo”, algo similar a la constitución de un país:
un documento que define las normas acordadas por los constituyentes.
En el libro “Algo + Grande. El poder del equipo para lograr lo imposible” presentamos un modelo de seis dimensiones para trabajar en una constitución: Un propósito común: ¿Qué nos une? ¿Cuál es la razón de ser de este equipo? Un gran desafío compartido: ¿Qué tenemos que lograr juntos en el próximo período?
Personas competentes y complementarias: ¿Cuál es el rol de cada miembro? ¿De qué se hace cargo cada uno? ¿Nos hace falta algún rol? ¿Hay solapamientos que podamos suprimir? ¿En dónde debería jugar cada uno para aprovechar sus fortalezas distintivas?
Valores compartidos: Si bien todos somos diferentes y honramos esas diferencias, ¿Qué valores deberíamos vivir todos? Reglas de funcionamiento: ¿Qué reglas de funcionamiento deberíamos seguir para interactuar de forma más eficiente y efectiva? Reuniones, decisiones, conflictos.
Confianza: ¿Qué deberíamos hacer para generar el contexto necesario para que emerja la confianza?
Salir de la operación es un hábito fundamental en los equipos de alto desempeño. Estos equipos conversan en lugar de presentar. Aprenden, acuerdan la estrategia y ajustan la constitución del equipo. Lo hacen en forma sistemática, año tras año. Aspiran a la perfección sabiendo que nunca la van a alcanzar, pero en el camino, logran la excelencia.