Montones de escombros se alzan junto a edificios bombardeados en Jan Yunis, la principal ciudad del sur de la Franja de Gaza. Muy cerca, en medio de un cráter, está la entrada a una red de túneles de Hamás.

El ejército israelí condujo a un grupo de periodistas a través de un largo túnel que, según afirmó, fue excavado por milicianos de Hamás.

Durante la visita, los periodistas fueron informados de que caminaban por un túnel de cientos de metros de largo que conducía al cementerio de la ciudad.

Jan Yunis es en este momento el epicentro de los combates entre Israel y el movimiento islamista palestino.

“Estamos en medio de un cementerio en Jan Yunis, y este cementerio es un complejo militar. Un complejo militar de Hamás, en la superficie y por debajo”, explica Dan Goldfus, un comandante israelí que dirige el grupo.

AFP no pudo verificar de forma independiente la ubicación exacta del complejo o del cementerio.

 

“Miren el tiemp

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o, el dinero y los esfuerzos que fueron invertidos en ese túnel”, añade el oficial, mientras avanza por pasillos de hormigón.

El túnel conduce a un gran cuarto. El ejército afirma que la habitación sirvió de centro de mando del grupo.

Aún quedan platos sucios y latas vacías y oxidadas en una amplia cocina. A unos pasos, se ve un lavabo conectado a una tubería que sube hasta la superficie.

En la superficie, tanques y excavadoras recorrían las calles desiertas en busca de más instalaciones subterráneas de Hamás, según un periodista de la AFP que formaba parte del grupo.

Las tropas también patrullan por la ciudad reducida a escombros, en la que ya no quedan civiles. A lo lejos se oyen explosiones y disparos.

80% de la red sigue intacta

El ejército israelí asegura que muchos de los rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre estuvieron o siguen en la amplia red de túneles de Gaza.

Los milicianos capturaron ese día a unos 250 rehenes en suelo israelí, de los cuales 132 siguen en Gaza, incluidos 28 que se cree que fallecieron.

El centro de Jan Yunis está repleto de edificios dañados, algunos de ellos con enormes agujeros, y casas destruidas.

Un convoy atraviesa una carretera embarrada por las lluvias torrenciales de los últimos días.

A ambos lados de la carretera se amontonan restos carbonizados de vehículos y chatarra, consecuencias de la brutal guerra que sigue asolando Gaza.

El conflicto estalló tras el ataque de Hamás el 7 de octubre en Israel, que causó unos 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras israelíes.

Israel prometió “aniquilar” el movimiento islamista, al que considera terrorista, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea, y lanzó una vasta operación en Gaza que ya dejó más de 26.000 muertos, la gran mayoría mujeres y menores, según Hamás.

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El laberinto de túneles, al que el ejército israelí se refiere como el “metro de Gaza”, se concibió inicialmente como una forma de eludir el bloqueo egipcio-israelí de Gaza, en vigor desde 2007.

Desde la guerra de 2014 con Israel, la red de túneles se amplió y Hamás la usó con frecuencia para lanzar cohetes.

Un estudio publicado el 17 de octubre por el Modern War Institute de la academia militar estadounidense de West Point apuntó que Gaza albergaba 1.300 túneles, que suman 500 kilómetros.

El ejército israelí afirmó a inicios de diciembre que había hallado más de 800 y que 500 habían sido destruidos. Pero el diario estadounidense Wall Street Journal citó el domingo a representantes norteamericanos e israelíes que admitieron que un 80% de la red seguía intacta.

Goldfus afirmó que los túneles se habían convertido en un rasgo característico de esta guerra.

“Cada guerra tiene sus propias características y creo que la fundamental en esta guerra tiene que ver con esas maniobras en superficie y bajo tierra. Esa es la peculiaridad de esta guerra”, afirmó.

(Nicolás García / AFP)

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