Guzmán Barreiro ocupa un rol central en la planificación del rugby uruguayo. Por un lado es ayudante técnico del DT de Los Teros Esteban Meneses, y junto a él trabaja en la conducción de lo que ocurre adentro de la cancha. Pero al mismo tiempo es el director de Alto Rendimiento de la Unión de Rugby del Uruguay, y como tal planifica mucho de lo que pasa afuera para que tenga resultado luego en lo rugbístico. Por esos puede responder como nadie uno de los temas más candentes de este Mundial de rugby: la falta de competencia para los países del segundo escalón mundial, ante la negativa de las principales selecciones de acceder a competencias regulares contra ellos.
El Observador le preguntó a Barreiro del tema durante la conferencia de prensa previa al partido del jueves ante Francia, por el debut del Mundial de Rugby. Particularmente, si sienten que tienen que salir a defender no solo lo suyo, si no la bandera de los países del segundo nivel, en esa pulseada por conseguir mejor competencia contra las potencias, ya que a esta altura para muchos es la única manera de seguir evolucionando. Y su respuesta fue muy franca.
“Esa respuesta tiene dos patas: una es puertas adentro, con nuestros jugadores, Nosotros no le hacemos llegar nada de esa presión ni nada que pueda afectar nuestra performance”, arrancó Barreiro. “Pero quienes miramos todo sabemos la importancia de ser competitivo contra los Tier 1, que vean un equipo con el que pueden competir. Y también que nos vean quienes toman decisiones, que un mundial de 20 es un poco corto, y que se debe seguir incrementando porque estamos preparados para presentar un espectáculo divertido, atrayente” destacó el entrenador uruguayo.
“Pero para llegar a eso necesitamos más competencia”, se sinceró, en un reclamo que se ha oído fuerte y claro por estos días en Francia. “Es la disyuntiva del huevo o la gallina. Si no tenemos más competencia es difícil ponernos a tiro cada cuatro años, y mucho para más quienes no llegan a esta instancia. Debemos levantar la bandera para que ellos puedan ganarse su lugar”.
Horas antes, durante la conferencia de prensa de Francia, Raphael Ibañez había desviado la respuesta a la pregunta de cómo veían el reclamo de los países del segundo escalón mundial. “Es un asunto muy delicado, los jugadores están concentrados en el partido. Eso es política, nosotros entendemos que Uruguay está presente en el Consejo Mundial, es campeón de América, tienen mucha experiencia colectiva. No voy a hablar más del tema”.
El que también habló del tema en los últimos días fue Pablo Pablo Lemoine, uruguayo entrenador de Chile, que entrevistado por El Observador expresó: “En algún momento los países Tier 1 se tendrán que dar cuenta que tienen que ir a buscar nuevos mercados. Los tres países de más población del último Mundial hoy no están: Rusia, Canadá, Estados Unidos. Los galeses, ingleses o irlandeses van a ser siempre los mismos. Chile hoy tenía 15 mil personas en la cancha, son nuevas audiencias para el rugby”.
Y antes del Mundial, el excandidato a la presidencia de World Rugby, el argentino Agustín Pichot, había indicado: “No veo ningún cambio. La pregunta más interesante es: ¿qué se va a hacer por Chile y Uruguay en los próximos años para que alcancen el nivel de Australia?”.
“24 equipos clasificados por regiones, como en el fútbol”, dijo sobre su modelo de copa del mundo ideal. “Entonces el rugby sería verdaderamente global. ¿Cómo se explica que Brasil, donde se hicieron enormes inversiones entre 2016 y 2022, no haya podido clasificarse para el Mundial? Todos los recursos van a diez países”, agregó el exmedioscrum de Los Pumas