El mayor reto para el espectador que mire la miniserie televisiva Crímenes americanos: el caso O.J. Simpson es poder detener la reproducción continúa de sus capítulos. La ficción fue originalmente emitida en Estados Unidos por la señal FX a lo largo de varias semanas, entre febrero y abril de 2016, pero su incorporación desde el miércoles pasado al catálogo de Netflix la posiciona como seria candidata a convertirse en el próximo atracón televisivo.
Un episodio icónico de la historia del deporte y la farándula de Estados Unidos fue convertido en un relato de atractivo universal, capaz de ser disfrutado por un público completamente desconocedor de la vida del deportista O.J. Simpson, el objeto de interés de esta ficción creada por Scott Alexander y Larry Karaszewski con la producción ejecutiva de Ryan Murphy (Glee, American Horror Story).
En 1995, O.J. Simpson, un jugador estrella de fútbol americano que rompió varios récords durante su carrera universitaria y profesional, fue acusado del asesinato de su exmujer Nicole Brown Simpson y un amigo de ella, Ronald Goldman. Los cuerpos de ambos fueron apuñalados en la casa de Brown, donde también se encontraron muestras del ADN de O.J. Simpson, así como otras pruebas incriminatorias contra el deportista.
La detención de Simpson –que incluyó una delirante persecución policial televisiva por las carreteras de Los Ángeles– y su juicio, uno de los casos con mayor cobertura periodística en Estados Unidos, son el esqueleto de esta serie, que demuestra por qué el sistema judicial de ese país es uno de los más entretenidos a la hora de ser recreado en la ficción.
El elenco, conformado por uno de los repartos más destacados de la última década de la pantalla chica, es un anzuelo poderoso a la hora de ver Crímenes americanos.
El actor Cuba Gooding Jr, quien obtuvo un premio Oscar en 1996 y luego sentenció su carrera a películas olvidables, es el encargado de interpretar a Simpson, pero sorpresivamente no es el principal protagonista.
En cambio, la serie se concentra en las experiencias vividas por los abogados de la fiscalía y la defensa dentro, además de lo que pasó fuera del juicio, que motivó la discusión pública sobre la violencia doméstica y los derechos civiles de la población negra de Estados Unidos durante un tiempo de múltiples protestas ciudadanas violentas en contra de la brutalidad policial.
A diferencia de su contraparte documental, esta serie es la prueba de que el pleno dominio del lenguaje cinematográfico genera un compromiso emocional que ni el episodio más cautivante de la historia puede lograr. Es un caso ejemplar de narración televisiva reciente y perdérsela debería ser considerado un crimen.
¿Quién es quién?
Marcia Clark (Sarah Paulson). La actriz de American Horror Story es una de las abogadas fiscales que debe probar que Simpson es culpable.
Johnnie Cochran (Courtney B. Vance). Vance es Cochran, abogado que trabajó para figuras como Simpson, Michael Jackson y Tupac Shakur.
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El verano del terror
La autora estadounidense Emma Cline se inspira en la matanza perpetrada por Charles Manson y su clan para su primera novela: Las chicas. El libro está protagonizado por Evie, una adolescente californiana que se encontrará en un verano de 1969 con un grupo de mujeres que vive al margen de las normas. Invitada a acompañarlas, Evie se muda a un rancho y comienza a formar parte de una comuna liderada por Russell, un músico frustrado que sirve como un gurú carismático para las jóvenes.
El productor estadounidense Scott Rudin, quien recientemente ha estado detrás de películas como Fences, Steve Jobs y Capitán Philips, ya adquirió los derechos para una futura adaptación cinematográfica de la novela de Cline.