El precio que los productores pueden lograr por el arroz de la próxima cosecha se encamina a ser uno de los más elevados en la historia, lo que sucederá de no surgir alteraciones bruscas en un mercado caracterizado por una oferta que lejos está de cubrir la demanda y con valores al alza.

A esa noticia estimulante para los actores de la cadena agroindustrial arrocera se añade que el desarrollo del ciclo productivo es bueno en la enorme mayoría de las chacras, no excelente como sucedió en el verano anterior, pero sí favorable en aspectos clave como las temperaturas y la luminosidad solar.

Ambas realidades fueron señaladas a El Observador por Alfredo Lago, presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA).

“Si bien hay mucho por delante hasta el inicio de la cosecha, las chacras hoy prometen mucho, hay muy buen potencial, en general esa es la realidad”, comentó.

Mencionó que en los campos “hay una punta muy buena (de cultivos) y una cola de un 20% de campos en los que habrá rendimientos menores; el promedio nacional será algo inferior al de años anteriores, pero igualmente muy bueno“.

Lago resaltó la incidencia de la calidad del paquete tecnológico aplicado en el cultivo, con aportes de los agricultores y de la investigación, dado el involucramiento tradicional del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), en un esfuerzo de conocimiento e inversión que se han ido acumulando y que ha permitido que Uruguay sea ejemplo en el mundo por los rendimientos logrados y la calidad del grano.

Lo negativo

A la vez, Lago lamentó que los episodios de lluvias que hubo en las últimas semanas no hayan sucedido antes, dado que eso hubiese permitido disponer a tiempo de niveles de agua adecuados en las represas y que el área hubiera sido al menos la misma que se sembró en 2022, incluso mayor.

Eso hubiese posibilitado sacarle un provecho mayor al buen momento de los precios del arroz en el escenario internacional.

Los productores indicaron una estimación de siembra en el eje de las 160 mil hectáreas, de modo de al menos reiterar el área de la zafra previa, no obstante no se llegó a 150 mil hectáreas dada la adversidad señala, con una caída próxima al 10%.

“Se va a dar una paradoja, en algunos lugares al final va a sobrar algo de agua”, mencionó.

Lo positivo, expresó, es que el 80% de la siembra se realizó en el momento ideal, es decir durante octubre. Esos cultivos hoy están desarrollándose de muy buena manera, reiteró.

El resto, sembrado de modo tardío dadas interrupciones en las labores agrícolas generadas por precipitaciones, no logrará niveles de rendimiento que se espera haya en los campos donde el cultivo se instaló en la fecha ideal.

Eso, junto con la caída del área mencionada, hace que lo más probable sea alcanzar una producción no de las más altas de la historia, seguramente en el eje de 1,3 millones de toneladas, tal vez 1,35 millones de toneladas, algo lejos de los 1,51 millones de toneladas que se produjeron la última vez.

ACA

Así lucen los cultivos a mediados de enero.

Lago explicó que los productores, procediendo del modo correcto, decidieron en su momento no correr riesgos sembrando en zonas donde la disponibilidad de agua para el normal desarrollo del cultivo no estuviera asegurada.

Precio en suba

Con relación al precio, el valor provisorio fijado a mediados del año pasado en el habitual acuerdo entre agricultores y los industriales está en US$ 13,50 por bolsa de 50 kilos, existiendo el convencimiento de que mejorará cuando se establezca el valor definitivo, en marzo.

Uruguay ya negoció la totalidad de la última cosecha a valores inicialmente en el orden de los US$ 500 por tonelada de arroz blanco, industrializado, lo que luego fue mejorando con negocios puntuales que alcanzaron pagos de US$ 800 por tonelada, aunque se logró cuando ya Uruguay tenía poco grano por vender.

Falta arroz

En el mundo transcurre ya un tercer ejercicio en el que la demanda supera a la oferta, consecuencia de incidencias de factores climáticos especialmente en países asiáticos y decisiones de gobiernos en los que se limitaron las exportaciones, con el objetivo de controlar la inflación interna y/o asegurar el abasto a la población, tratándose de naciones en las que el arroz es un alimento imprescindible no solo por sus valores nutritivos y hasta temas culturales, también por presentar un costo accesible para las comunidades involucradas.

“Hemos ido teniendo buenas noticias permanentemente en los últimos tiempos, la demanda está muy fuerte y hay algunos problemas de oferta, lo que es muy interesante para países como Uruguay, como una interesante cantidad de arroz para cosechar y comercializar; hay que ser cautelosos siempre, pero tenemos por delante un año bueno”, opinó.

Añadió que la falta de arroz se ha notado en Brasil, en las góndolas de supermercados de otro cliente tradicional para el arroz uruguayo, “por lo cual las primeras cosechas de Paraguay están teniendo valores altos por esa necesidad de abastecimiento interno que tiene Brasil, un mercado siempre muy interesante”.

Tras las primeras dos semanas de 2024, se espera comiencen ahora las primeras consultas desde algunos mercados, como países de Europa y mismo Brasil, para ir asegurándose la disponibilidad de arroz uruguayo.

ACA

Así lucen los cultivos a mediados de enero.

 

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