Facebook anunció este miércoles la implementación de nuevas medidas de seguridad que buscan proteger a los adolescentes en sus plataformas, especialmente en Instagram y Messenger.
Estas medidas se centran en limitar los contactos no deseados y ofrecer a los padres herramientas más robustas para supervisar la actividad en línea de sus hijos adolescentes.
Mensajería privada más segura en Instagram
Una de las principales novedades es la restricción de mensajes directos en Instagram para los adolescentes. A partir de ahora, los usuarios menores de 16 años (o menores de 18 en ciertos países) no podrán recibir mensajes de personas a las que no siguen o con las que no están conectados. Esta medida busca proteger a los jóvenes de contactos no deseados.
Además, la plataforma ha limitado el tipo y la cantidad de mensajes directos que las personas pueden enviar a los adolescentes.
Esta nueva configuración predeterminada también se aplicará en Messenger, donde los menores de 16 años (o menores de 18 en algunos lugares) solo recibirán mensajes de amigos de Facebook o personas conectadas a través de contactos telefónicos.
Supervisión parental reforzada
Otro aspecto destacado es el fortalecimiento de las herramientas de supervisión parental en Instagram. Lanzadas en marzo de 2022, estas herramientas ahora permitirán a los padres aprobar o rechazar solicitudes de cambios en la configuración de seguridad y privacidad de sus hijos.
Así, si un adolescente intenta modificar su configuración de privacidad, como pasar de una cuenta privada a una pública, los padres serán notificados para aprobar o rechazar el cambio.
Protección contra imágenes inapropiadas
Facebook también planea lanzar una nueva función para proteger a los adolescentes de recibir imágenes no deseadas y potencialmente inapropiadas en sus mensajes. Esta característica, que se espera funcione incluso en chats cifrados, será detallada más adelante en el año.
Opiniones de expertos
Larry Magid, director ejecutivo de ConnectSafely, destacó la importancia de estas medidas: “Empoderar a los padres para aprobar o rechazar solicitudes para cambiar la configuración predeterminada de seguridad y privacidad de sus hijos les brinda las herramientas necesarias para ayudar a proteger a sus hijos, respetando al mismo tiempo su privacidad y capacidad de comunicarse con amigos y familiares”.