El primer tiempo en el Gigante de Arroyito se cerró con una merecida victoria de Rosario Central, que fue quien más cerca del triunfo estuvo a lo largo de los primeros 45 minutos.
Peñarol esperó a su rival con un equipo bien ordenado tácticamente, plantado con un 1-4-4-2 y con intenciones de construir el éxito desde la disciplina defensiva y la apuesta al fútbol que Leo Fernández podría sumar jugando como delantero junto a Maxi Silvera.
La presencia de Gastón Ramírez en el equipo titular liberó a Fernández de los grandes despliegues físicos para cubrir muchos metros del campo y trasladar la pelota al ataque. Este jueves, el exjugador de Fénix se plantó en el ataque y lanzó permanentemente la primera presión a la salida de los rivales.
Uno de los problemas que tuvo el equipo dirigido por Diego Aguirre fue que la pelota no llegó clara al ataque de Peñarol, salvo en una ocasión en la que Ramírez trepó con balón dominada por el sector izquierdo y dejó por el camino rivales, pero sin conseguir transformarla en situación de riesgo.
La única posibilidad de gol de los aurinegros llegó a través de un cabezazo de Ramírez, a la salida de un córners de Leo Fernández. El remate del capitán se perdió apenas afuera.
Diferente fue la propuesta de Rosario Central, que se mostró más profundo, aunque sin ser avasallante.
Sin poder llevar riesgo hasta dentro del área de Peñarol, los locales pusieron en aprietos a su rival con remates desde afuera del área, que encontraron a De Amores bien parado o los intentos se perdieron afuera.
Cuando el partido se apagaba, en el primer minuto de tiempo agregado de la primera parte, Rosario Central ganó dos veces en el área de Peñarol, primero con un cabezazo de Mallo y luego con un remate de Quintana que terminó en el gol de los locales.
En ese primer tiempo, el equipo argentino remató nueve veces al arco y el uruguayo solamente dos.