Las ventas de los supermercados cayeron 1,1% en 2023, afectados principalmente por la diferencia cambiaria con Argentina, según los datos de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CSU). Con el registro del año pasado, las ventas de las grandes superficies acumularon ocho años de caída en el período comprendido entre 2023 y 2014, último año en el que se encuentran registros publicados por la CSU. 

A excepción de 2014 y 2017, cuando las ventas de los supermercados crecieron 1% y 1,4%, respectivamente, las ventas de estas empresas cayeron todos los años y desde el sector aseguran que la tendencia a la baja acumula casi una década. 

Según los datos de la CSU, en 2015 el descenso fue de 2,9%, en 2016 fue de 2,7%, se recuperó en 2017 y a partir de ahí se dieron seis caídas consecutivas. En 2018 el descenso fue de 1%, en 2019 la baja fue de 5,5%, en 2020 (año en el que irrumpió la pandemia del covid-19) la caída fue de 0,6%, en 2021 de 3,6%, en 2022 de 0,1% y el año pasado la disminución fue de 1,1%. 

“En la última década, la venta viene cayendo año a año, es poco, pero casi todos los años se ubica entre uno a dos puntos por debajo del año anterior”, afirmó el gerente general de la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU), Daniel Menéndez

Hay dos motivos claros que explican los descensos de los tres últimos años, por un lado, la pandemia del covid-19 y por otro lado, la diferencia cambiaria con Argentina. Sin embargo, desde ASU afirmaron que el descenso de los años anteriores responde a “una baja en el ingreso medio de los hogares” y señalaron que la desaceleración “comenzó a verse de forma marcada desde 2016”.

AFP

Según Menéndez, “cada vez que cae el ingreso de los hogares, las ventas de los supermercados bajan casi en la misma proporción. Cuando suben los ingresos, las ventas también suben aunque no en la misma medida porque las personas toman otras decisiones de consumo como compras de autos, viajes o destinan ese aumento al ahorro”.

A los motivos coyunturales, se le suma un factor estructural relacionado con la composición del mercado. “Uruguay es un país muy atomizado en términos de consumo, el 30% del consumo lo tienen captado los supermercados pero, increíblemente, el 70% restante lo tienen otros actores que juegan el partido y que en los últimos 10 años han ido cobrando envergadura: almacenes, autoservicios, quioscos, verdulerías”, explicó el gerente comercial de Ta-Ta, Juan Pablo Cortez

A su entender, en el sector supermercadista han notado una “erosión” en el mercado durante la última década, que se ha pronunciado algunos años por “el contrabando” y por el desarrollo de los canales de venta digitales. “Entre nosotros mismos, ese 30% que representamos los supermercados, estamos tratando de ver cómo podemos comernos un poco más de esa torta”, señaló Cortez. 

El gerente comercial de Ta-Ta explicó que esa tendencia a la baja ha llevado a que los supermercados busquen nuevas estrategias. Algunas de ellas son el impulso de los canales de venta digitales, la compra de supermercados pequeños como forma de mejorar la facturación, la creación de autoservicios pequeños o “tiendas de cercanía”, así como aumentar los horarios de venta al público.  

Los cuestionamientos a las cifras del sector

 

La CSU realiza de forma trimestral la Encuesta de Actividad Comercio y Servicios, un relevamiento que hace junto con Equipos Consultores y que releva la actividad de las empresas de los principales rubros del sector, entre ellos el supermercadista. 

Los resultados de las diferentes empresas para cada uno de los rubros son ponderados en relación al personal ocupado, de modo de obtener el peso relativo de cada uno y alcanzar una estimación a nivel agregado según rubro, tamaño, tipo de productos, entre otros aspectos. 

El pasado lunes, la CSU publicó los datos correspondientes a 2023 y al darse a conocer las sucesivas caídas trimestrales del sector de los supermercados, el economista Aldo Lema cuestionó los resultados. 

“¿Estará bien este indicador de ventas en supermercados de la Cámara de Comercio y Servicios de Uruguay? En los últimos 10 años predominan masivamente trimestres con grandes caídas. ¿Cuánto es la baja acumulada en una década? Raro”, dijo el economista a través de su cuenta de X (antes Twitter).  

Leonardo Carreño

Si bien desde ASU comparten, en líneas generales, la tendencia a la baja en el nivel de ventas constatada por la CSU, Menéndez también planteó reparos a la encuesta de la cámara en lo que refiere a los datos relevados. “Me atrevería a decir que no muchos” supermercados “le dan información” a la cámara, indicó el gerente general. 

Asimismo, Menéndez cuestionó la ponderación de los resultados por personal ocupado. “Si el año pasado, cuando la diferencia cambiaria con Argentina fue muy grande, metiste (en la muestra) a un supermercado como Ta-Ta (uno de los más afectados por su gran exposición en el litoral del país), te tiró abajo toda la estadística” del resto del sector, señaló Menéndez.  

Sin embargo, desde la ASU reconocen que ya no cuentan con un proveedor de información del sector, por lo que tampoco tienen cifras oficiales relevadas. “Estamos negociando para volver a tener un proveedor, es difícil porque no todos (los supermercados) quieren darle la información (comercial) a cualquiera, se precisa confianza”, consideró Menéndez. 

La respuesta de la CSU: una encuesta “perfectible” ante “un vacío estadístico”

 

La asesora económica de la CSU, Ana Laura Fernández respondió a los cuestionamientos de la encuesta y admitió que tiene “debilidades” porque es una encuesta “voluntaria” en la que además “no necesariamente” en todos los trimestres están representados todos los supermercados existentes en Uruguay. 

No obstante, defendió que la encuesta es “lo más representativa posible”, que “hay variables” que explican la caída acumulada de los supermercados en los últimos años y que la CSU busca dar información para “cubrir un vacío estadístico” en el sector. 

Más allá del nivel de ventas de los supermercados, para Fernández es “importante ver la foto completa” del sector. En ese sentido, dijo que la encuesta también publica datos sobre la rentabilidad y el índice de difusión, el cual mide qué cantidad de empresas de las que conforman la muestra registraron crecimientos o caídas. 

En el último trimestre de 2023, la encuesta incluyó a 31 empresas del sector de supermercados y el índice de difusión se ubicó en 32%. Es decir que 10 de las 31 empresas relevadas establecieron que sus ventas crecieron en el cuarto trimestre. Para todo el año 2023, el índice de difusión se ubicó en 26%. 

Foto: Leonardo Carreño.

En los últimos años, “los índices de difusión del sector rondan el 20% entonces obviamente el 80% restante significó que cayó, pero hay otros resultados que muestran que algunos sectores caen en su totalidad y quizás solamente el 60% de las empresas está cayendo o solo el 20%, por ejemplo. A veces hay escenarios de caída en los volúmenes de venta pero los niveles de rentabilidad no son tan adversos. Por eso hay que ver el dato en su globalidad”, indicó Fernández. 

En relación a la ponderación de los resultados por personal ocupado, la asesora económica reconoció que la metodología lleva a que “los grandes” supermercados sean los que “tengan más peso” y “tiren para abajo o para arriba” las estadísticas. 

“Las muestras no son perfectas y no necesariamente lo que le pasa a una empresa tiene por qué pasarle a todas. Es una encuesta perfectible y voluntaria, que intenta tener la mayor cantidad de respuestas posibles para mostrar mejor la realidad. Que alguien pueda objetar la encuesta es válido, es un dato 100% criticable pero es lo que se puede conseguir con la información que hay”, defendió Fernández. 

“Dependemos de la voluntad de las empresas. El desafío es doble, dependemos de que respondan y de que las respuestas sean verdaderas. Uno asume que es así pero ni idea”, concluyó la asesora de la CSU. 

Tanto desde la ASU como desde la CSU reconocieron la dificultad que existe para acceder a los datos comerciales de los supermercados, un insumo clave que forma parte de la mesa de los Consejos de Salarios y la negociación colectiva. 

Las perspectivas para 2024

Las expectativas del sector supermercadista para este año son más optimistas que la de los años anteriores, vinculado a un aumento en el ingreso de los hogares uruguayos y a un menor impacto por la diferencia cambiaria con Argentina. 

Según la encuesta de la CSU, el 50% de los supermercados relevados espera que la rentabilidad futura sea mejor, mientras que desde ASU señalan que la mejora “ya comenzó a verse” en diciembre de 2023, por lo que esperan este año poder recuperar el nivel de ventas que perdieron por la pandemia del covid-19, desde 2020 en adelante. 

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