Con la mira puesta en octubre y rodeado de la primera plana del Poder Ejecutivo, Álvaro Delgado presentó este jueves un detallado programa de gobierno en el que asume varios compromisos y se plantea el objetivo de llevar a Uruguay a ser el primer país desarrollado de América Latina.

Con un mensaje que se intentó transmitir desde lo escénico, en un evento que se desarrolló en dos niveles del parking de la Asociación Española, los dirigentes y militantes que impulsan a Delgado se reunieron inicialmente en el primer piso donde, desde una mesa conducida por Horacio Abadie y Delfina Valdez, repasaron los logros del actual gobierno que también se proyectaban en distintas pantallas.

A los 45 minutos de iniciado el evento, los invitados fueron conducidos hacia el segundo piso del parking donde se desarrolló la parte central. Sobre una pequeña tarima cuadrada y con un micrófono de vincha, el coordinador del programa de Delgado, Agustín Iturralde, fue el telonero del precandidato y comenzó su discurso preguntándose si pensar a Uruguay como un país muy desarrollado era posible.

El economista planteó una “realidad dual” de un Uruguay que tiene instituciones políticas de país desarrollado e instituciones económicas y sociales de país en vías de desarrollo. “Somos demasiado caros para crecer como los países pobres, pero no todavía suficientemente productivos para hacerlo como los ricos”, detalló mientras recorría la tarima de lado a lado.

Iturralde repasó uno a uno los siete ejes principales del programa que aseguró que se pueden resumir en dos grandes temas: una agenda económica vinculada a la competitividad y una agenda social.

La introducción del economista, teñida de convencimiento de que Uruguay puede llegar a ese nivel de bienestar, dio paso al precandidato que, con un tono más pausado, estático detrás de un atril y con micrófono puesto en una jirafa, dijo que el programa que presentaba era su “contrato con los uruguayos”.

Leonardo Carreño

Martín Lema en el acto de este jueves

Delgado mantuvo la tónica de sus intervenciones, con una férrea defensa de la gestión del gobierno –mencionó el récord de empleo, el déficit fiscal, los recursos para los asentamientos y recordó las “cinco crisis”– que, según repite, permite encarar un segundo piso de transformaciones porque el punto de partida es “muy diferente al del 1° de marzo del 2020”.

“No va a ser continuismo, va a ser una continuidad del rumbo. Pero corregir lo que hay que corregir y asumir desafíos nuevos”, dijo antes de asegurar que se planteaban “metas bien desafiantes” para llegar a ser “el país más desarrollado de América Latina”.

Entre los compromisos que asumió, Delgado dijo que va a cuadruplicar –de los US$ 50 millones anuales actuales a US$ 200 millones– los recursos destinados a primera infancia, bajar la inflación al 3% y expandir el programa de saneamiento que inició el gobierno actual. Además, el programa establece algunos objetivos concretos para transformarse en un país desarrollado aunque matiza que no es suficiente un período de gobierno.  

“En concreto ser desarrollados implicaría al menos tener un nivel de riqueza 30% mayor, reducir a la cuarta parte la pobreza infantil, universalizar la educación secundaria y generalizar la terciaria, y reducir a la mitad las rapiñas y homicidios”, dice el texto presentado este jueves.

Los ejes

Lo abrís y en la mitad lo primero que sale mirá lo que es”, bromeó Iturralde a Carolina Ortiz de Taranco, coordinadora de la temática de género del programa, mientras señalaba ese pasaje del documento.

El trabajo dividido en siete ejes tiene un importante enfoque en primera infancia –que será “priorizado política y económicamente”— y en políticas de cuidado –temas en los que tuvo un rol preponderante Rodolfo Saldain– y asegura en el cierre de la introducción que es un trabajo realizado con perspectiva de género.

El primero de los ejes, denominado un salto de competitividad, se propone bajar la inflación al 3%, desarrollar una agenda pro-competencia que permita bajar el precio de combustibles, alimentos y productos de higiene personal, y modernizar las relaciones laborales y mejorar las políticas de empleo.

Leonardo Carreño

Armando Castaingdebat y Alejo Umpiérrez

En este sentido, el programa reitera la intención de desmonopolizar los combustibles, una iniciativa que el gobierno de Luis Lacalle Pou quiso concretar pero no pudo por diferencias en la coalición. También propone reducir en 15 mil puestos el empleo público.

El segundo eje que lleva el nombre de “un Uruguay más global” incluye cambios en la institucionalidad de la política comercial pasando a denominar a la Cancillería como Ministerio de Comercio y Relaciones Exteriores. También plantea seguir con la estrategia de apertura de mercados y avanzar en la apertura unilateral.

Entre las propuestas específicas, menciona que se priorizará la habilitación de, al menos una aerolínea que certifique aeronaves en nuestro país y opere con bandera uruguaya, de manera de “ocupar las frecuencias que Uruguay tiene asignadas en los acuerdos bilaterales con otros países”.

En materia de infraestructura, el programa plantea “avanzar” con las vías rápidas, seguir desarrollando el transporte por tren para llegar a Salto, Rivera y Río Branco, concretar el proyecto Tren-Tram que unirá la Plaza Independencia con Ciudad de la Costa y utilizar Ferrocarril Central para “tren de cercanías metropolitano”.

El documento destina el cuarto de los apartados a dar un “salto de bienestar” y subraya la necesidad de abordar el “desafío demográfico”. En ese sentido, el objetivo no es tanto a revertir la caída de la natalidad sino a frenarla y propone varios puntos concretos como extender las licencias por paternidad y crear nuevas licencias por “cuidado de hijos” de diez días al año.

El “Plan Familias”, como se denomina este pasaje, fue uno de los apartados destacados por Delgado en su discurso.

En materia de seguridad, las propuestas suponen crear una unidad “antimafia” que permita combatir al narcotráfico siguiendo el modelo italiano y profundizar los trabajos con cárceles y liberados y aumenta penas para algunos delitos. “Sabemos que tenemos que invertir en las cárceles para mejorar la seguridad”, dijo Delgado y aseguró que a “los 27, 28 o 29 presos que salen por día hay que darles una oportunidad

El sexto eje plantea profundizar la transformación educativa aumentando los centros María Espínola en contextos vulnerables, acercar la educación al mundo del empleo y seguir impulsando la innovación, la ciencia y la tecnología como ejes de desarrollo.

El último punto, denominado un Estado más simple, incluye crear la figura de gerente de proyectos en Presidencia que lidere la ejecución de las acciones estratégicas que requieren coordinación interinstitucional.

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