Al menos cuatro colegios cerraron antes del inicio de clases de este año lectivo. La noticia —que incluyó la bajada de cortina de instituciones con más de medio siglo de existencia— movilizó a las asociaciones de colegios que hablan de “crisis en el sector”, al sindicato de trabajadores que piden más regulación, y a las autoridades educativas que quieren que cada clausura se notifique “con más tiempo”.

Pero, ¿cuál extendida está la caída de alumnos? El Observador accedió a los datos de la matrícula de los colegios en cada uno de los subsistemas. Con el objetivo de transparentar esta información que puede ser útil para padres, tutores o curiosos, aquí les presentamos el evolutivo institución por institución.

En los niveles de Inicial y Primaria, siete de cada diez colegios perdieron alumnos en el último quinquenio. Uno de cada diez, a su vez, perdió más de la mitad de su matrícula en solo un lustro. Una caída que fue similar en Montevideo y el interior, aunque más marcada en el jardín que en la edad escolar.

En los grados liceales, en cambio, la mitad de las instituciones vieron reducida la cantidad de alumnos en el último cuatrienio. Las autoridades de Secundaria informaron que no cuentan con los datos sistematizados anteriores a 2020.

Las escuelas técnicas, poco a poco, van teniendo también su oferta privada. Los llamados liceos públicos de gestión privada, que también ofrecen opciones técnicas dependientes de UTU, conforman buena parte de las opciones vigentes.

UTU empezó a registrar la matrícula de las instituciones privadas habilitadas en el sistema de bedelía web recién desde 2022. Por eso solo están disponibles los datos de los dos últimos años.

¿Por qué el colegio que estoy buscando no aparece?

Hay tres posibles razones por las cuales una institución puede no figurar en estas listas que El Observador hace pública: el tipo de colegio, la falta administrativa, o la nomenclatura.

Los colegios autorizados —que son los pocos que no tienen que seguir los programas y planes oficiales, y en los que los estudiantes dan una prueba de acreditación al egreso— no estaban incluidos en la estadística oficial. A partir del cambio de ordenanza, el sistema quedará unificado.

Por otro lado, puede que haya un colegio habilitado (los que sí siguen el programa oficial) que, contra la normativa, no hayan reportado los datos al subsistema rector.

Por último, en la lista figura el nombre del colegio tal cual está inscripto (no como se lo conoce a veces coloquialmente), o puede que parte del nombre esté abreviado. En ese sentido, es preferible buscar “Elena”, para el colegio Santa Elena. O “Cervantes” para el caso de Miguel de Cervantes; por citar dos ejemplos sencillos.

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