El sector industrial observa de cerca el comportamiento del tipo de cambio y entiende que está por debajo de un nivel aceptable. Eso ocurre mientras asiste a un aumento de los costos productivos. La situación se completa con una baja de la rentabilidad que a su vez pesa al momento de decidir inversiones en maquinaria o equipamiento. Esos inconvenientes serán planteados en un documento que los empresarios presentarán a los precandidatos presidenciales en los próximos días.

El dólar comenzó abril en $ 37,857, luego de terminar marzo con la mayor caída mensual en casi 12 años. El fortalecimiento del peso uruguayo es seguido de cerca por diferentes sectores productivos que observan cómo se aleja de un valor conveniente.

La primera crítica surgió del sector agropecuario. La Federación Rural publicó un informe en X (exTwitter) en el que señaló que el dólar debería estar en $ 58 en Uruguay para poder equipararse al nivel promedio de referencia.

Pxhere

Dólar en Uruguay

Para llegar a ese valor tomó el precio del inicio de la pandemia ($ 43) y lo ajustó por el Índice de Precios al Consumo (IPC) del período entre marzo de 2020 y febrero de 2024 que fue de 32%. La gremial afirmó que al campo le tocó ser la caja del Estado en gobiernos anteriores y actualmente otra vez se encuentra transfiriendo recursos para mantener un “nivel de consumo que no para de crecer”.

La preocupación también llegó al sector industrial. “Un dólar a $ 37 es un tiro en los pies para la producción nacional”, dijo a El Observador el presidente de la Cámara de Industrias (CIU), Fernando Pache.

Los industriales tienen claro que el tipo de cambio está desalineado.

Sin embargo, el Banco Central (BCU) mantiene firme su objetivo de tener una inflación controlada. La meta es de entre 3% y 6%. La última medición de marzo mostró que el IPC tuvo una variación nula. La inflación anualizada a marzo se ubicó en 3,8% y llegó así al registro interanual más bajo desde agosto de 2005. Días atrás, el presidente del BCU, Diego Labat, expresó que “la mejor contribución que puede hacer el banco a la sociedad es tener una inflación baja”.

El comentario afirmó el objetivo inflacionario y eso deja poco espacio para una medida a favor del dólar que, claramente, iría en contraposición.

En ese sentido el BCU se mantuvo firme en la postura de no intervenir en el mercado para incidir en el tipo de cambio, pese a los reclamos de sectores productivos.

Al respecto, Pache dijo que “quizás el que tiene la visión desde el BCU que el mayor beneficio que se le hace a la población es tener una inflación muy baja no está mirando que si mañana se van disminuyendo las fuentes laborales de la industria se va a terminar pagando de otra manera”.

Foto: Leonardo Carreño.

Presidene de la CIU, Fernando Pache

Por eso, el presidente de los industriales sostuvo que el dólar no debería estar por debajo del umbral de los $ 45. Ese valor permitiría a los industriales obtener renta para invertirla luego en maquinaria o equipamiento. “Pero si de $ 45 se pasa a cobrar $ 37 la brecha ya no es la misma. No va a alcanzar para invertir en mejora continua, en equipamiento, tecnología e infraestructura de la empresa y para todo el personal”, afirmó

Desde la visión industrial, al bajo tipo de cambio se le suman los altos costos productivos, como el precio de la energía y la mano de obra. Eso provoca un aumento en el gasto asociado a la unidad de medida de exportación. El resultado es la pérdida de rentabilidad.

Pache afirmó que no todos los productos que exporta Uruguay tienen un valor agregado que consigan una renta superior al 10%. “Se está haciendo lo imposible para poder continuar vendiendo, aunque disminuyendo los márgenes de rentabilidad de gran forma”, expuso.

Esos motivos llevaron a la CIU a elaborar una propuesta con incentivos para la producción nacional que entregará a los precandidatos de todos los partidos políticos. La gremial lo imagina como una hoja de ruta para el próximo gobierno. La intención es que conozcan de primera mano la posición empresarial y “no se lleven luego sorpresas sobre posibles descontentos que pueda tener la industria”.

 

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