El debut fue inmejorable: La Sara del Cordón, en su primer año de actividad, ya cosechó tres logros: ganó las pruebas de admisión para el Desfile de Llamadas y para el concurso en el Teatro de Verano y fue la mejor comparsa en el Desfile Inaugural por la avenida 18 de Julio.

A eso, este martes, le añadió el estreno de su show en el Concurso de Agrupaciones de Carnaval, en el Teatro de Verano, con su espectáculo El coleccionista de memorias.

Es una de las cuatro comparsas que compiten. Las otras son Yambo Kenia, Valores e Integración. Y es una de las 45 que en las noches del 9 y 10 de febrero participarán en la cancha grande del candombe, el Desfile de Llamadas.

El nombre del conjunto es nuevo, pero hay antecedentes de gran prestigio: La Sara del Cordón es la continuidad de Sarabanda, múltiple campeona que no pudo seguir participando con ese nombre al no existir acuerdo entre los herederos de su fundador y director, don César Pintos, fallecido hace un año.

 

La costumbre

Cuando Álvaro Recoba y Paola Bianco presentaron a Sara del Cordón en el Teatro de Verano, al inicio de la segunda etapa de la rueda inicial del concurso, la costumbre le jugó una mala pasada a Álvaro que, como le pasa a mucha gente, dijo Sarabanda en vez de La Sara del Cordón, algo que de inmediato y entre risas corrigió, previo a destacar con lujo de detalles la propuesta de la comparsa, a modo de introducción al show.

 

El alma de Sarabanda

La Sara del Cordón, afirmó Carlos “Bocha” Pintos a El Observador en un rincón del Ramón Collazo tras el debut, “tiene el alma de Sarabanda, somos lo mismo, hubo sí un tema familiar y no se pudo seguir con el nombre, una lástima, pero tengo fe en que eso se solucione algún día y Sarabanda vuelva, ojalá eso pase”.

Con el cariño por Sarabanda intacto, apuntó: “Mucha gente se puso el cuadro al hombro y sacamos otro título con prestigio, con respeto por el pasado y mirando para adelante”.

“Me han ofrecido salir en otras comparsas, ser técnico, hacerles la música, pero siempre respeté lo que querían los viejos, eso de vernos todos juntos y por eso voy a seguir peleando”, afirmó.

Foto: Leonardo Carreño.

Micaela Pintos, vedette de La Sara del Cordón, delante de la cuerda durante el desfile por la avenida 18 de Julio.

Coleccionista de memorias

En La Sara del Cordón hay varios aportes de alta relevancia y estos son algunos ejemplos: Pablo Pintos es el director responsable y el jefe de la cuerda de tambores; Agustín Camacho es el director artístico, se ocupa de la puesta en escena y es autor de los textos junto con Victoria Riñón; Naomí Kornberg está a cargo de las coreografías; Carlos Pintos creó la musicalidad; las vedettes son Micaela Pintos y Lía Barragán; el vestuario lo generó Taller La Sara; y como solistas destacan Graciela Villar, Javier “Bambuco” González, Sergio Pérez, Juan Di Bartolomeo y Carlos Cabral.

Mauricio González, por citar otro caso de aporte destacado, tiene la responsabilidad de ser el principal actor en el show. Es el coleccionista de memorias. Tras la función inicial, explicó a El Observador que “me tocó el honor de un personaje serio, profundo y comprometido”.

“La comparsa es más que música y baile, es un medio para trasladar un mensaje y eso fue lo que se hizo con la dirección de Agustín Camacho”, contó.

La propuesta expone lo que sucedió con la cultura candombera durante la dictadura: “La Sara del Cordón recuerda al público lo que ocurrió en años muy complicados, cuando algunas mentes muy chiquitas buscaron apagar una expresión cultural, decían que los negros y el tambor empobrecían la ciudad, hubo desaparecidos, hubo exiliados, así fueron marginando a lo afro en una época oscura que no debemos olvidar”.

“En lugar de invisibilizar lo afro, esta expresión cultural se terminó potenciando y hoy está más viva y fuerte que nunca, estamos integrados e integramos, hay que viajar para ver lo que pasa en otros países con las estigmatizaciones, hay que estar orgulloso de cómo vamos acá con eso y es algo que se logra por ejemplo gracias a este tipo de espectáculos, la gente que viene desde afuera queda maravillada cuando ve esto”.

Sobre la performance de la comparsa, dijo: “Fue una experiencia espectacular, en lo personal y en lo colectivo, brindamos un espectáculo redondo y disfrutamos haciéndolo”.

Foto: Leonardo Carreño.

Lía Barragán, vedette de La Sara del Cordón, en el Desfile Inaugural.

Lo positivo del cambio

Pintos reconoció que tener que haber dado prueba de admisión en la primavera terminó siendo útil. “Nos obligó a acelerar la preparación, incluso luego de la prueba recibimos críticas sanas que nos ayudaron a mejorar el espectáculo”.

“Yo escucho a todo el mundo, vivo todo el año de hacer música y dar espectáculos y me sirven los elogios, pero sobre todo me sirven las críticas sanas”, subrayó.

Sobre la propuesta de La Sara del Cordón, “me críe en el candombe y lo que aporté, junto con muchos más que trabajaron duro, fue para darle a la comparsa un perfil fundamental, ser una comparsa bien candombera”.

Sobre el concurso, admitió que se participa con la obligación de brindar un buen espectáculo en cada presentación, pero también para ganar: “Estamos en un nivel competitivo, hay que ver cómo andan los rivales, que merecen respeto porque todos invierten mucho y dejan la vida en esto”.

 

La anécdota

El nombre en la comparsa de los Pintos tuvo idas y vueltas desde el comienzo. Se iba a llamar Los Hijos del Cordón, pero que no se pudo registrar con ese nombre y en 1987 se bautizó como Sarabanda, hasta que ahora dio paso a La Sara del Cordón. Lo que siguen intactos son sus colores: blanco, negro y celeste.

 

Foto: Leonardo Carreño.

Mama vieja y gramillero, en el Desfile Inaugural.

Elogio a una ley

Lo último que Carlos trasladó, en medio de un mar de saludos que iba recibiendo tras el debut en el escenario del Parque Rodó, fue que estaría bueno, para jerarquizar a la categoría, actuar más tarde, no al inicio de la etapa.

Eso es parte de algo que deben lograr “entre todos”. “Debemos enseñar lo que es una comparsa, por eso es espectacular que por ley haya que enseñar candombe en las escuelas”.

“El que sale al mundo a mostrar lo que es Uruguay siempre muestra un chico, un piano, un repique, la vedette, el gramillero, la mama vieja, el escobero… llegan los cruceros y lo primero que ven es candombe, pero con eso no alcanza, hay que hacer más y esa ley es un buen camino para empezar”, remarcó.

“Esto no va a morir mientras haya gente cabeza dura, como mi hermano Alfonso que gasta lo que no tiene para que la comparsa tenga espectáculos preciosos, por suerte hay hijos y nietos en la vuelta para pelear por las cosas que uno no llegue a conseguir”, concluyó.

 

 

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