Así como dos de cada tres legisladores uruguayos se encuentran afín a avanzar en una regulación de todas las drogas, el viejo paradigma prohibicionista, impulsado por el presidente de Estados Unidos Richard Nixon en la década del 70, también está en entredicho en el mundo y es debatido y cuestionado por académicos y políticos. Aunque sigue siendo la respuesta más extendida, la guerra contra las drogas ya no es la única manera en que los países luchan contra la adicción, el consumo problemático y sus consecuencias.

En Uruguay, dos especialistas como el actual secretario nacional de Drogas, Daniel Radío y el senador suplente del Frente Amplio y extitular de la Junta Nacional de Drogas, Diego Olivera, ven difícil una regulación de la cocaína pero sí ven más posible otra regulación: la de las sustancias psicodélicas, que en algunos países ya está funcionando.

¿Que son las drogas psicodélicas?

Según la página web del National Institutes of Health, la agencia de investigación de la salud pública de Estados Unidos, las drogas psicodélicas “principalmente afectan a la forma en que el cerebro procesa la sustancia química llamada serotonina. Pueden provocar visiones vívidas y afectar el sentido de sí mismo de una persona”. Entre ellas se encuentran algunas que se extraen de la naturaleza como la psilocibina, que proviene de los hongos, la ayahuasca, o el peyote, y otras que se fabrican en el laboratorio como el LSD (conocida como el ácido lisérgico o “la tripa”). Esas drogas entran dentro del grupo de las drogas alucinógenas.

Otra de las drogas que puede causar efectos psicodélicos pero también disociativos (pueden alterar la percepción de la realidad de las personas) es la MDMA, conocido como el éxtasis y popularmente como “la pasti” o los “cristales”, dependiendo su modalidad. Ambas sustancias, que son estimulantes, son muy consumidas en el circuito de las fiestas de electrónica y han abierto un debate sobre la calidad de las mismas.

¿En dónde y para qué se han regulado estas drogas?

En noviembre de 2020, el estado de Oregon rompió el prisma del prohibicionismo. Para empezar, permitió la tenencia de pequeñas cantidades de cocaína y heroína así como despenalizó el uso de hongos para fines terapéuticos. La despenalización y tratamiento sería para personas mayores de 21 años que sufran de condiciones como depresión, adicción y ansiedad.

En 2023, California avanzó un paso más y su congreso local aprobó la posesión y uso personal de los hongos, la mescalina y la dimetiltriptamina (ayahuasca). La iniciativa, presentada por el senador local Scott Wiener, también incluía despenalizar la posesión de MDMA y el LSD pero solamente fueron aprobadas las sustancias que tuvieran un origen natural. Wiener, en su argumentación, destacó el uso de esas sustancias en los veteranos de guerra para el estrés postraumático y la depresión. “Es hora de dejar de penalizar a la gente que utiliza psicodélicos para curarse o para tener una vida más plena”, afirmó el legislador en un comunicado según consignó El País de Madrid.

Un poco antes, a comienzos de 2022, otro país también hizo el avance en permitir los tratamientos terapéuticos con psicodélicos. Se trata de Canadá que a través de su ministerio de Salud realizó modificaciones para que ciertas clínicas puedan utilizar hongos, LSD y MDMA para tratamientos. La utilización de estas drogas está permitida para “enfermedades graves o potencialmente mortales en los que los tratamientos convencionales han fracasado, no son adecuados o no están disponible”, según consignó El País de Madrid.

Reducción de daños

Otra política que también es utilizada en diferentes países es la de reducción de daños. En algunos casos, dándole al consumidor una pequeña dosis de lo que está acostumbrado a consumir pero en una clínica y ambiente seguro. O dándole otra droga que le permita ir bajando la adicción. 

Otra política de reducción de daños y dónde se encuentra presente el MDMA son los controles de calidad de las pastillas o los cristales en las fiestas de electrónica. Luego de varias muertes por haber ingerido pastillas de dudosa procedencia, mezcladas con alguna otra droga o contaminante, en fiestas de electrónica de Europa comenzó la tendencia de que se colocaran stands para testear la pastilla. Ahí se puede ver que tipo de droga es y con que está mezclada y, al fin y al cabo, si es seguro consumirla.

En Uruguay, luego de que se diera la muerte de varios argentinos en 2016 en la fiesta Time Warp, se dio el primer experimento en la fiesta La Terraza. 

Apenas se cruzaba la puerta de acceso, un grupo de voluntarios acercaban a los recién llegados folletos sobre la innovadora propuesta y la forma de acceder al laboratorio Test your power, de análisis de sustancias. En otros afiches entregaban información sobre distintas sustancias (éxtasis, LSD, ketamina y cocaína) sus efectos y consejos para consumirlas. “No las mezcles y tampoco lo hagas con alcohol; los riesgos se multiplican. En caso de un mal viaje, busca un lugar seguro con alguien que te acompañe”, aconsejaba el afiche de la ketamina, cuenta una crónica de El Observador de 2016

En el laboratorio, unos 10 jóvenes hacían cola para entregar sus “pastis” y someterlas a análisis. En una ventanilla, dos chicas recibían las sustancias. Atrás de ellas, varias personas vestidas con túnicas blancas, entre tubos, frascos, utensilios de laboratorios y otros aparatos se encargaban de realizar los tests.

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