El diputado cabildante Sebastián Cal reconoció que durante un tiempo salió armado a la calle por las amenazas recibidas por el empresario Gonzalo Aguiar, asesinado a fines de febrero por su expareja Romina Camejo.

En una entrevista con el programa 970 Noticias (Radio Universal), al legislador le preguntaron si seguía armado y respondió que ya no, pero “en su momento sí”, y afirmó que decidió salir con un arma cuando fue amenazado por Aguiar a mediados de 2022.

En ese momento, Cal presumía que Aguiar era narco. “Hoy, supuestamente, no es narco. Supuestamente es un chanta. Yo en su momento avisé que tenía cola, cuatro patas y ladraba. Si era perro o no, yo no tenía los elementos para determinarlo”, afirmó el diputado.

Consultado sobre si la muerte de Aguiar lo tranquilizó, el diputado de Cabildo respondió que se calmará “cuando las cosas estén cerradas y dada vuelta la página en el ámbito de la justicia”.

“Me imagino que gente de ese nivel tiene amigos”, continuó Cal, aunque segundos después sostuvo que “después de muerto” no aparecieron personas que defendieran al empresario.

A principios de abril Cal presentó una denuncia sobre distintas amenazas que le realizó Aguiar, que también incluye datos de distintos vínculos políticos del empresario. 

El representante cabildante aportó audios, y el relato de los hechos incluye a personalidades como el exministro del Interior Luis Alberto Heber, el exjefe de Policía de Maldonado Julio Pioli y el exsecretario de Presidencia, Álvaro Delgado, a los que advirtió sobre el accionar del empresario en distintas oportunidades.

“Nunca vi una respuesta de las autoridades de lo que yo esperaba”, remarcó el cabildante en una conversación privada entre el diputado cabildante y el responsable del portal Crónicas del Este que el medio difundió.

A su vez, en la conversación que se escucha en el audio divulgado, Cal aseguró que “los narcos financian la política en el Uruguay”, algo de lo que también se retractó.

Consultado por El Observador al respecto, el legislador dijo que no tiene pruebas para afirmar eso pero, agregó: “Sería una ingenuidad pensar que en un país donde se han cargado bolsos de cocaína en el aeropuerto, a la vista de muchas autoridades –estoy hablando de cosas que pasaron en el gobierno pasado, pero que trascienden a los gobiernos– seríamos la excepción en el mundo si el narcotráfico no estuviese haciendo fuerza para tener vínculos políticos”.

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