En una nueva clasificación mundial de la Libertad de Prensa realizada por Reporteros sin Fronteras, Uruguay pasó de ser un país en una situación “más bien buena” a ser un país con una libertad de prensa en situación “problemática” en 2024.

Si bien Uruguay se encuentra un lugar por encima del ranking entre 180 países (se encontraba 52 en 2023 y ahora 51), su puntuación en el indicador es menor que el año anterior, pasando a tener 67,7 cuando tenía 70,33.

El indicador global, que va de 0 a 100, está compuesto por cinco sub-indicadores. Político, legislativo, económico, sociocultural y de seguridad.

En el indicador político es donde se ve una fuerte caída en el ranking de Uruguay que descendió del puesto 58 al 71. Actualmente tiene una puntuación de 53,62. Ese indicador “evalúa el grado de apoyo y respeto a la autonomía de los medios frente a las presiones políticas del Estado o de otros actores políticos de la sociedad“, según la página web.

En el indicador legislativo bajó del 34 al 36, con un puntaje de 76,65 Ese “evalúa el entorno jurídico y legislativo en el que trabajan los periodistas (nivel de censura, capacidad de proteger a las fuentes, impunidad de la violencia contra los periodistas)”.

Por el lado del indicador económico también se ve una caída, pasando del puesto 50 al 67 en 2024. Ahí se “evalúa las limitaciones económicas vinculadas con políticas gubernamentales, agentes no estatales (anunciantes y patrocinadores) y propietarios de los medios de comunicación“.

Tanto en el indicador sociocultural como el de seguridad se ve una suba en el ranking y en la puntuación. En el primero Uruguay ahora se encuentra en el puesto 58 (en 2023 estaba en el 65) y en el de seguridad pasa a estar en el puesto 40 cuando estaba en el 66.

El indicador sociocultural “evalúa el impacto de los condicionantes y presiones culturales y sociales (género, clase, etnia o religión) que entorpecen el libre ejercicio del periodismo o conducen a la autocensura” mientras que el de seguridad “evalúa la capacidad de concebir, recabar y difundir información periodística sin riesgo de sufrir daños físicos o psicológicos, o perjuicios profesionales”.

“En la región de las Américas, la imposibilidad de los periodistas de cubrir historias relacionadas con el crimen organizado, la corrupción o el medio ambiente, por miedo a represalias, es un problema de primera magnitud. La proporción de países en situación ‘bastante buena’ cae drásticamente, pasando de cerca del 36%, en 2023, al 21%, en 2024. Una de las mayores potencias económicas del mundo, Estados Unidos, pierde diez puestos. En casi todos los países de América del Sur, la situación de la libertad de prensa es ahora ‘problemática‘”, sostiene la organización.

 

 

 

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