Argentina se encuentra nuevamente en estado de alerta debido a la reaparición de plagas de langostas, cuatro años después de sufrir una devastadora invasión. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) activó la alerta fitosanitaria con el fin de implementar medidas preventivas para detectar y controlar la presencia de langostas, así como mitigar su impacto en el medio ambiente y la producción agrícola.
Esta medida se tomó tras la detección temprana de la plaga en varias provincias argentinas, así como en Bolivia y Paraguay. Se están coordinando acciones con organismos nacionales, provinciales y el sector privado para realizar labores de campo a nivel local, intensificando las medidas de detección y control para prevenir o reducir los daños a los cultivos, pastizales y flora autóctona, así como para evitar la invasión de áreas urbanas.
De acuerdo a lo publicado por la agencia meteorológica Metsul, Héctor Medina, coordinador general de Contingencias y Emergencias del Senasa, explicó que la declaración de alerta busca evitar situaciones críticas como las ocurridas en años anteriores, subrayando que aunque aún no se han observado enjambres migratorios, las condiciones son propicias para que ocurran pronto, por lo que es crucial actuar con prontitud y eficacia para contener la plaga.
#ProtecciónVegetal 🦗
En el límite fronterizo entre la Argentina 🇦🇷, Bolivia 🇧🇴 y Paraguay 🇳🇱 intensificamos las tareas de monitoreo de langosta sudamericana con el objetivo de lograr detecciones tempranas de posibles focos. pic.twitter.com/UOfK2puNPT— Senasa Argentina (@SenasaAR) February 28, 2024
El sistema de vigilancia permanente del Senasa detectó un aumento de la plaga en algunas regiones del país, especialmente en provincias del norte argentino como Formosa, Salta, Santiago del Estero y Catamarca, debido a condiciones climáticas muy favorables para el desarrollo de las langostas. Además, los servicios sanitarios agrícolas de Bolivia y Paraguay también informaron sobre la presencia de la plaga en sus respectivos países, lo que llevó al gobierno argentino a implementar controles tempranos para evitar la formación de enjambres que podrían afectar las plantaciones y la vegetación natural, evitando así crisis como las ocurridas en años anteriores.
Como parte de la alerta, se requiere que todos los responsables de explotaciones agrícolas y ganaderas, así como las autoridades sanitarias, notifiquen de inmediato al Senasa en caso de observar la presencia de langostas en cualquier etapa de su ciclo de vida (huevo, ninfa y adulto), utilizando los canales de comunicación disponibles.
En caso de detección, los responsables de explotaciones agrícolas deben controlar la plaga por medios propios o con servicios prestados por terceros, utilizando los principios activos autorizados por el Senasa y cumpliendo con la legislación vigente.
Las langostas son plagas migratorias y transfronterizas, con una gran capacidad de dispersión y una alta voracidad, lo que genera un impacto económico significativo. Según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la producción en riesgo en Argentina asciende a 3.700 millones de dólares.
Desde 2015, después de 60 años sin mayores problemas, hubo un resurgimiento de la plaga en América del Sur, lo que llevó a la declaración de varias emergencias fitosanitarias en Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil. En 2020, Argentina sufrió una importante invasión de langostas que causó daños a la agricultura, pero gracias a las acciones gubernamentales y de los productores, así como a las condiciones climáticas más frías, se pudo frenar la propagación de la plaga en el país vecino