Donald Trump se presentó en la mañana del lunes en el Tribunal Penal de Manhattan para asistir a la selección del jurado para su juico penal.
Al republicano se lo acusa de un pago de 130 mil dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para, supuestamente, “comprar” su silencio acerca de la relación extramatrimonial que mantuvieron y así proteger su campaña para la presidencia en el 2016.
Además, no solo está acusado por el pago, sino también por haberlo disfrazado como gastos legales de la Organización Trump.
Los hechos pueden llevarlo a una condena de hasta cuatro años de cárcel, pero eso no afectaría su presencia dentro del marco de las elecciones presidenciales.
El expresidente de los Estados Unidos llegó sobre las 9:00 (hora local) a la Corte, repleto de policías y rodeado de varios periodistas, como también de diversas personas que lo apoyan y otras que no.
Antes de entrar en la Corte, Trump dijo en su red social, Truth Social: “Cuando entro en esa sala del tribunal, sé que tendré el amor de 200 millones de estadounidenses detrás de mí, ¡y lucharé por la libertad de 325 millones de estadounidenses!”.
Trump señaló la semana pasada que la selección de los doce jurados “en gran medida es suerte”.
El exgobernante que se ha declarado inocente de los 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales, se sentó junto a sus tres abogados cuando comenzó la selección del jurado, observando cómo debatían con los fiscales sobre qué pruebas podían admitirse y pasándose notas mientras hablaban.
Sobre el final, de las 96 personas que fueron convocadas por el juez de origen colombiano Juan Manuel Merchan, la mayoría de los potenciales jurados convocados a la primera jornada del juicio penal contra Donald Trump en Nueva York se descartaron tras expresar un sesgo político u otras razones que les impedirían ofrecer un veredicto justo en este proceso inédito.
Según el grupo reducido de periodistas presentes en la sala que están informando de la selección, parte de los candidatos excusados hoy eran mujeres blancas, y una de ellas dijo a su salida: “Simplemente no podía hacerlo”.
Con los potenciales jurados reducidos a un tercio, el juez Merchan llamó a 18 para escuchar sus respuestas a un cuestionario y descartó a varios más, entre ellos una mujer que reveló “opiniones tajantes” sobre Trump y un hombre que expresó un potencial conflicto por la boda de su hijo o hija.
Merchan llegó a interrogar a una decena de potenciales jurados, y entre los que no han sido descartados hay dos abogados, uno que trabajó para una jueza demócrata y otro que trabaja en la Fiscalía del Bronx; dos mujeres empleadas en márketing, un librero y una enfermera.
Al concluir la primera jornada del juicio, la defensa de Trump pidió al juez que lo excusara el jueves de la semana que viene, cuando está previsto que el Supremo trate los argumentos sobre inmunidad presidencial que pueden afectar a otros casos penales que afronta, según los periodistas presentes en la sala.
“Hablar ante el Tribunal Supremo es un gran asunto, y ciertamente puedo apreciar por qué su cliente querría estar ahí, pero un juicio en la Corte Suprema de Nueva York… también es un gran asunto”, dijo Merchan al abogado, Todd Blanche, añadiendo: “Lo veré aquí la semana que viene”.
El magistrado dejó en el aire la posibilidad de que Trump pueda asistir a la graduación de su hijo menor, Barron, el 17 de mayo, por la lejanía de la fecha.
La semana pasada, en una conferencia de prensa en Florida, Trump dijo que testificará en el juicio, proceso que describió como una “estafa” y “trampa”.
“Es una interferencia electoral por parte de la Administración Biden”, señaló a la prensa y volvió a negar la acusación y repetir que se trata de una caza de brujas política.
Si Trump se subiera al estrado sería otro momento histórico, no obstante, según los expertos, es poco probable que esto pase, ya que Trump tendría que responder una serie de preguntas bajo juramento.