La bula fiscal de la que disfrutó la familia real holandesa durante años podría ser en poco tiempo cosa del pasado. Según la Constitución del país, los actuales soberanos no tienen que pagar impuestos por el dinero que reciben por su trabajo de representación institucional.

Sin embargo, al estatus preferencial del que disfruta el rey Willem-Alexander y su familia podría quedar eliminado si avanza en el Parlamento un proyecto de diputados de izquierda que promueve una reforma constitucional para que el soberano pague el impuesto a la renta como el resto de los holandeses.

“Un sobre azul para la sangre azul” es el lema levantado por el Partido Socialista (PS), en referencia al color de las cartas fiscales que llegan a los buzones de correo de los ciudadanos de la monarquía constitucional parlamentaria.

La moción, presentada por la diputada Sandra Beckerman, del PS, requiere una mayoría simple para ser aprobada y pide al gobierno que proponga un cambio constitucional, que en última instancia necesitaría el respaldo de dos tercios de ambas cámaras del parlamento.

Según los medios locales, la propuesta parece tener suficiente apoyo en la Cámara de Representantes, pero el nivel de apoyo en el Senado es menos claro. La fracción más grande del Senado, el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), se inclinó por respaldar la moción durante un primer debate, pero no llegó a apoyarla.

El político holandés de extrema derecha Geert Wilders, cuyo partido nacionalista ganó las elecciones parlamentarias en noviembre pasado, pero carece de mayoría, está a favor del cambio fiscal, al que se opuso el primer ministro saliente, Mark Rutte, durante su mandato de 13 años, por considerar que una enmienda constitucional es “demasiado complicada”.

Los parlamentarios partidarios de gravar a la familia real esperan que un nuevo gobierno de coalición, que aún no se formó, pueda conducir a un cambio, en un contexto en el que la familia real perdió popularidad y cuando apenas el 55% de los holandeses tienen una imagen positiva de la realeza, y sólo el 46% confianza en el rey.

Según los datos oficiales, la exreina Beatriz, el rey, la reina Máxima, su hija y futura heredera, la princesa Amalia, recibirán un total de € 11,6 millones por sus funciones protocolares.

 

(Con información de AFP)

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