El sector químico de Alemania, el más grande de Europa y el tercero de importancia en el país, con una facturación anual de € 260.000 millones, está empezando a sentir el impacto de los retrasos en los envíos a través del mar Rojo, convirtiéndose así en el último bloque industrial en advertir sobre las interrupciones en el suministro.
Las importaciones asiáticas, cruciales para Europa, que van desde piezas de automóviles y equipos de ingeniería hasta productos químicos y juguetes, están tardando cada vez más en llegar debido a que los transportistas de contenedores desviaron buques alrededor de África, lejos del mar Rojo y el Canal de Suez, tras los ataques de los hutíes de Yemen.
La situación obligó a algunas empresas a frenar la producción y aunque la industria alemana se acostumbró a las interrupciones como consecuencia de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, la reducción del tráfico a través de la vía comercial está empezando a notarse en muchas compañías, como en el caso de la planta de Tesla en Berlín, la víctima más destacada hasta el momento.
Según los datos oficiales, el sector químico de Alemania, el tercero más grande después del automotriz y del de ingeniería, depende en gran medida de los envíos provenientes de Asia, los cuales cubren aproximadamente un tercio de sus importaciones desde fuera de Europa.
Es el caso de Gechem GmbH & Co KG, compañía que mezcla y envasa productos químicos para grandes clientes industriales. La firma factura decenas de millones de euros al año y debió reducir su producción al no conseguir suficientes químicos, como citrato trisódico y ácidos sulfámico y cítrico.
También Evonik, el mayor fabricante de productos químicos especializados, informó que se está viendo afectado por “retrasos y cambios de ruta con poca antelación”, añadiendo que algunos barcos habían modificado sus rutas hasta tres veces en unos pocos días. Para mitigar el impacto, la firma está optando por el transporte aéreo, un recurso provisional, incompleto y mucho más caro.
La Asociación Alemana de la Industria Química (VCI) viene advirtiendo desde hace mucho tiempo sobre la dependencia del país de las importaciones asiáticas, y si bien recientemente evaluó que las interrupciones de la producción deberían limitarse a casos individuales, la entidad señaló que los retrasos en las importaciones a través del mar Rojo constituyen una carga adicional para una industria ya debilitada.
“Los efectos son particularmente notables en las empresas medianas de química fina y especializada”, dijo el economista jefe de VCI, Henrik Meincke, agregando que estas empresas a menudo obtienen una proporción considerable de sus materias primas de Asia.
La crisis del transporte en el mar Rojo, además, se produce cuando la economía alemana ya está bajo presión debido a la recesión, pero también por los altos costos laborales y energéticos, situación que afecta con especial intensidad al sector químico que, junto al automotriz y al comercio minorista, es considerado el más vulnerable.
Además de los retrasos en las importaciones, las empresas químicas alertan sobre un aumento de los costos del combustible, ya que los camiones cisterna que transportan materias primas cruciales tardan unos 14 días más en llegar, sumando costos que las compañías sólo pueden trasladar parcialmente a sus clientes.
(Con información de agencias)