El Tribunal de la ONU evita pedir un alto el fuego en Gaza pero exige a Israel que tome medidas para cometer un genocidio.

La Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas (CIJ) ha ordenado este viernes a Israel que tome todas las medidas necesarias para evitar que puedan cometerse actos de genocidio contra la población palestina en Gaza, que debe ser protegido por la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio (1948).

También se ha ordenado a Israel que se asegure de que sus tropas no cometan actos del mismo tenor; que sean tomadas medidas para prevenir y castigar la incitación al genocidio; y se permita la entrada de ayuda humanitaria en la Franja.

Israel, por otro lado, debe informar al TIJ de que cumple estas medidas y conservar las pruebas de los crímenes.

El auto se deriva de la demanda presentada a finales de diciembre por Sudáfrica al TIJ, con el argumento de que Israel tiene supuestamente “intención genocida” contra la población palestina.

También subrayaba que lo ocurrido en la Franja “supera la legítima defensa”.

En la lectura de la decisión, Joan Donoghue, presidenta del tribunal, ha señalado que son “conscientes de la tragedia humana que tiene lugar en la zona”.

También ha calificado de “catastrófica la situación humanitaria en Gaza”, y que hay “urgencia debido al riesgo de que la situación empeore”.

La decisión dela CIJ ha sido una de las más complicadas afrontadas por este tribunal y ha estado rodeada de tensión política.

Los autos de estos jueces son vinculantes y, aunque carecen de capacidad para forzar su cumplimiento, sí que ejercen presión sobre los Estados implicados y sus aliados.

Existe, de todos modos, un mecanismo ejecutivo para ver si se cumplen a base de pedir informes regulares a Israel.

El artículo 41 del Estatuto de la CIJ indica a su vez que debe informar al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la decisión adoptada. El Consejo puede recordar a Israel que cumpla lo que le han ordenado los jueces, o bien adoptar sus propias medidas. A esto último no está obligado y, de hacerlo, se basa para ello en la Carta de Naciones Unidas.

El tribunal ha estado compuesto por 17 jueces: los 15 ordinarios más otros dos ad hoc, designados por las partes en litigio, que no contaban con uno de su nacionalidad. Por el lado israelí, ha intervenido Aharon Barak, expresidente del Tribunal Supremo de su país.

Por parte sudafricana ha intervenido Dikgang Moseneke, que fue vicepresidente del Supremo. Si Sudáfrica sigue adelante a partir de ahora, se evaluará el fondo del caso e Israel puede presentar excepciones preliminares a la jurisdicción de la corte. En conjunto, una sentencia sobre si ha habido un genocidio en Gaza puede demorarse varios años.

(Con información de agencias)

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