El ejército israelí bombardeó de nuevo este miércoles la Franja de Gaza, donde la guerra entre Israel y Hamás causó hasta ahora casi 30.000 muertos y puso a la población en riesgo de hambruna, pese a las esperanzas de los mediadores en lograr una tregua.

En la madrugada, los bombardeos israelíes apuntaron de nuevo contra Zeitun, en el norte de la Franja, escenario también de combates callejeros. También bombardearon Jan Yunis y Rafah, en el sur, según un periodista de la AFP en la Franja. Según el Ministerio de Salud gazatí, 76 personas murieron en las últimas 24 horas.

Tras casi cinco meses de guerra, Estados Unidos y Catar, mediadores en el conflicto junto con Egipto, esperan lograr una tregua antes de que empiece el ramadán, el 10 o el 11 de marzo, que permita liberar a una parte de los 130 rehenes.

Según una fuente próxima a Hamás, el cese el fuego duraría seis semanas y, cada día, se intercambiaría un rehén por diez palestinos detenido por Israel, indicó la fuente. Además, el movimiento islamista quiere que aumente la ayuda humanitaria destinada a Gaza.

El martes, el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Thani, de visita en París, y el presidente francés, Emmanuel Macron, reiteraron su voluntad común de alcanzar “muy rápidamente un alto el fuego”.

Macron insistió en que la liberación de los rehenes es una “prioridad” absoluta para Francia, en tanto el emir catarí denunció un “genocidio del pueblo palestino” con “desplazamientos forzados” y “bombardeos salvajes”.

“Mi esperanza es que tengamos un alto el fuego para el próximo lunes”, declaró el lunes el presidente estadounidense, Joe Biden, durante un viaje a Nueva York. El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó que veía posible alcanzar un acuerdo antes del fin de semana. “Hoy estamos más cerca que ayer”, dijo.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, donde están reunidos los ministros de Finanzas del G20 centrada en los conflictos en Ucrania y en la Franja de Gaza, reafirmó el martes que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está cometiendo un “genocidio contra mujeres y niños” palestinos.

Pese a las múltiples advertencias internacionales, el primer ministro israelí reiteró su empeño en proseguir con su ofensiva, prometiendo lanzar una operación contra Rafah, en el sur de la Franja, donde sobreviven millón y medio de palestinos, muchos llegados desde otros puntos del enclave para refugiarse de los combates, según la ONU.

Según Netanyahu, Rafah constituye el “último bastión” de Hamás y una eventual tregua solo “demoraría” la ofensiva que está determinado a llevar a cabo. Esta guerra, que transformó Gaza en una “zona de muerte”, según Naciones Unidas, es, de lejos, la más mortífera de los cinco conflictos que han enfrentado a Israel contra Hamás.

La ONU calcula que 2,2 millones de personas, es decir, la inmensa mayoría de la población, corre riesgo de hambruna, sobre todo en el norte, adonde no ha llegado ningún convoy con ayuda humanitaria desde el 23 de enero.

En esa zona, “si nada cambia, una hambruna es inminente”, advirtió ante el Consejo de Seguridad del a ONU Carl Skau, director ejecutivo adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA). “No hay nada de comer aquí. Ni siquiera forraje”, dijo a la AFP Marwan Awadieh, un habitante del norte de la Franja. “No sabemos cómo podremos sobrevivir”.

(Con información de agencias)

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