Con más de cuatro horas de retraso y entre un coro de abucheos, insultos y peleas, el presidente francés, Emmanuel Macron, inauguró este sábado el salón de la agricultura en París, una cita que se avizoraba clave para el sector que protagonizó importantes manifestaciones en enero.
La feria anual a la que suelen acudir los presidentes franceses arrancó en la capital gala y se extenderá hasta el próximo 3 de marzo. Se produce en un contexto tenso, después de que los agricultores comenzaran a bloquear varias autopistas del país a finales de enero.
Macron llegó a la inauguración a las 8 de la mañana de este sábado en medio de escenas de violencia y confusión y con decenas de manifestantes tratando de forzar las rejas para entrar al lugar antes de la hora de apertura, lo que provocó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad apostadas en el salón de la agricultura.
De inmediato, grupos de policías antidisturbios lo rodearon para protegerlo mientras otros empujaban a los manifestantes para que no se acercaran. Los gritos de “mentiroso”, “fuera” y los pedidos de renuncia arreciaron.
Todo ese desbande produjo que la inauguración se retrasara cuatro horas y media al programa inicial. Pero, pese a las escenas de caos, Macron logró dialogar de manera informal con los agricultores, algunos de los cuales eran miembros de los tres principales sindicatos agrícolas del país.
El mandatario francés, de 46 años, declaró que “siempre prefiero el diálogo a la confrontación; la confrontación no produce nada”. Y se comprometió a plantear la instauración de “precios mínimos” para “proteger los ingresos agrícolas”, en el marco de una nueva ley que debe regular las relaciones entre los distintos actores de la industria alimentaria.
“Estos precios mínimos se basarán en los indicadores de costos de producción de cada sector: avícola, lácteo, vacuno”, dijo, haciendo caso omiso a la oposición manifestada en noviembre por la ministra francesa de Consumo, Olivia Grégoire, que había rechazado una medida similar en el Parlamento, alegando que le recordaba “a Cuba o a la Unión Soviética”.
Macron reiteró su deseo de evitar que un pesticida se prohíba en Francia antes de que lo haga el resto de la Unión Europea, para evitar distorsiones de competencia.
Si bien a finales de enero Macron había anunciado un mayor control del origen de los productos y la negativa a firmar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque sudamericano del Mercosur, en el primer día del salón de la agricultura, mostró su rechazo ante la idea de que el comercio internacional perjudicaría al sector agrícola local.
Las protestas de las últimas semanas, mientras tanto, trascendieron Francia y afectaron otros países europeos como Alemania, Polonia, Rumania, Bélgica, Italia y España.
(Con información de AFP)