En el marco de la Cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) que se celebre en Georgetown, la capital de Guyana, Estados Unidos anunció que el estado africano de Benín analiza el envío a Haití de una fuerza compuesta por 2.000 efectivos, como parte de una misión respaldada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU).

“Es un paso positivo”, evaluó el secretario de Asuntos Exteriores del país anfitrión de la cumbre, Robert Persaud. “Benín también es francófono, lo que es otro aspecto importante”, agregó en referencia al país, ubicado en el oeste de África.

El anuncio lo hizo la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien señaló que Benín ” ofreció 2.000 efectivos para apoyar la fuerza” internacional en el país más pobre de la región, asolado por una grave crisis política, humanitaria y por la violencia de pandillas que controlan porciones enteras de su territorio.

Por su parte, el gobierno de Guyana, país que reúne desde el domingo a los jefes de Estado del bloque caribeño que además preside, ofreció apoyar financieramente la operación por un monto que Persaud mantuvo en reserva.

Benín ya participó con personal policial en la polémica Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), que operó entre 2004 y 2017, y que terminó generando el rechazo de la población del país caribeño.

Thomas-Greenfield agregó que sostuvo una reunión con representantes del gobierno haitiano, jefes de la Caricom y representantes de la ONU, Reino Unido, Canadá y Francia para discutir la situación en Haití. “Abordaron la crisis humanitaria y de seguridad y la necesidad de volver al orden democrático lo antes posible”, indicó.

En octubre pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU dispuso el envío a Haití de una misión multinacional encabezada por Kenia, pero su aplicación efectiva se demora, principalmente debido a una decisión judicial de Nairobi, luego de una presentación realizada por legisladores de la oposición.

Por su parte, la ONU lanzó un llamado para recaudar US$ 674 millones en donaciones para ayudar a más de 3,6 millones de haitianos, afectados por la violencia y una de las crisis alimentarias más graves del mundo.

“En 2023, la violencia perpetrada por las pandillas armadas contra la población haitiana siguió propagándose por el país, llegando a zonas rurales aisladas donde la presencia del Estado se erosionó”, afirma el organismo en su plan de ayuda humanitaria para 2024.

El programa describe la multiplicación de ataques contra hospitales, escuelas y lugares de culto. Además, advierte sobre “el casi colapso de los servicios básicos, los años de sequía y el impacto ligado a desastres naturales”.

Según la ONU, 5,5 millones de haitianos, de una población de más de 10 millones, se encontrarán “en un estado de profunda vulnerabilidad en 2024”. El plan busca suplir las necesidades del 45% de la población, que sufre inseguridad alimentaria.

Según las agencias de la ONU, del total de los 3,6 millones de haitianos en situación crítica, 1,4 millones enfrentan una crisis de nivel 4 –clasificación que va hasta el grado 5, de catástrofe– y 3 millones se encuentran en el nivel 3. Además, 250.000 niños sufren desnutrición aguda.

A principios de enero, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó estar “consternado” por la violencia de las pandillas que asolan a Haití, donde los homicidios se duplicaron en 2023, alcanzando casi 5.000 asesinatos, entre ellos 2.700 de civiles.

Con al menos 806 personas asesinadas, heridas o secuestradas en enero pasado y unos 300 pandilleros muertos o heridos, el comienzo de 2024 fue particularmente violento, según denunció a principios de febrero el Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

 

(Con información de AFP)

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