Francia se convirtió este lunes en el primer país en inscribir la “libertad garantizada” a abortar en su Constitución, una histórica decisión a contracorriente que buscar abrir “una era de esperanza” en el mundo tras varios reveses.

“Orgullo francés, mensaje universal”, celebró en la red social X el presidente Emmanuel Macron, quien anunció que la ceremonia final de constitucionalización tendrá lugar el 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Casi medio siglo después de su despenalización en Francia, existe un amplio apoyo social, pero la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022 de dejar de reconocerlo como un derecho a nivel federal activó las alarmas.

Meses después, la oposición de izquierda y el oficialismo en Francia comenzaron un largo proceso legislativo, que coronaron este lunes con el blindaje del aborto con una gran mayoría de legisladores: 780 votaron a favor y 72, en contra.

Al conocerse el resultado, asociaciones y diputados, sobre todo de izquierda, entonaron “L’Hymne des Femmes” (El Himno de las Mujeres), en la ilustre Sala del Congreso, creada en el siglo XIX en el Palacio de Versalles y que acogió la reunión conjunta de diputados y senadores.

“Digo a todas las mujeres, dentro de nuestras fronteras y más allá, que la era de un mundo de esperanza comienza”, aseguró el primer ministro Gabriel Attal, para quien el aborto “sigue en peligro” en el mundo, “a merced de aquellos que deciden”.

El estadounidense Donald Trump, el argentino Javier Milei, el brasileño Jair Bolsonaro y el húngaro Viktor Orban son algunos de los mandatarios o exmandatarios que la oposición citó como ejemplo de esa amenaza.

Vestida de verde y con un pañuelo del mismo color en el antebrazo, “en homenaje a las mujeres argentinas”, la diputada izquierdista Mathilde Panot dedicó esta “victoria” a todas las que “luchan por decidir sobre su cuerpo” en el mundo.

Antes que Francia, Chile ya intentó introducir el derecho para las mujeres a “una interrupción voluntaria del embarazo” (IVE) en su proyecto de nueva Constitución en 2022, que los chilenos rechazaron en referendo.

En el lado opuesto, algunos países la prohíben implícitamente en su ley fundamental al consagrar un derecho a la vida desde la concepción, como en el caso de República Dominicana, Filipinas, Madagascar, Honduras y El Salvador.

“Las chilenas nos ayudaron a que aquí lo lográsemos” abriendo el camino, aseguró la diputada izquierdista nacida en Chile, Raquel Garrido, para quien la decisión de Francia “va a tener repercusiones en todo el mundo”.

 

 “Mi cuerpo, mi decisión”

 

La inscripción se recibió con júbilo en la explanada de Trocadero en París, donde, a llamado de asociaciones feministas, cientos de personas pudieron contemplar como la Torre Eiffel parpadeaba y proyectaba mensajes como: “Mi cuerpo, mi decisión”.

“Si los hombres pudieran quedarse embarazados, pienso que ya habría ocurrido en 1972”, aseguró a la AFP Cecile Carimalo, de 46 años, quien, junto a su hija de 12 años, celebró que los derechos de las mujeres están “un poco más protegidos en Francia”.

Ante el Congreso, los oradores homenajearon a las francesas que obraron por los derechos de las mujeres, desde la filósofa Simone de Beauvoir, autora de “El segundo sexo”, a la abogada Gisèle Halimi, quien en octubre de 1972 logró absolver a una joven de 16 años que abortó tras una violación.

Bajo los oros de Versalles, los legisladores se levantaron de sus bancas de terciopelo rojo para ovacionar a la fallecida Simone Veil, superviviente del Holocausto y artífice en 1975 de la despenalización del aborto en Francia como ministra.

Aunque su práctica es difícil en zonas rurales, el número de interrupciones voluntarias del embarazo se mantiene estable desde hace dos décadas en unas 230.000 anuales. En 2022, se extendieron los plazos hasta las 14 semanas. 

Aunque alrededor del 80% de franceses apoyan la protección del aborto en la Constitución, según los sondeos, y existe un amplio consenso político desde la extrema derecha a la izquierda radical, los obispos llamaron este lunes “al ayuno y a la oración”.

“En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un ‘derecho’ a suprimir una vida humana”, afirmó en un comunicado la Academia Pontificia para la Vida, el organismo del Vaticano que se encarga de las cuestiones de bioética.

Con información de EFE

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