Este sábado, en París, la delegación israelí que encabeza el jefe del Mosad, David Barnea, buscará desbloquear de una vez las negociaciones para una tregua en Gaza, donde según informes de Hamás, cerca de 100 palestinos murieron en las últimas 24 horas por bombardeos de Israel.

La situación en este estrecho territorio, gobernado por el movimiento islamista palestino Hamás desde 2007, empeora cada día. La ONU advirtió sobre el riesgo de una “hambruna masiva” debido a la escasez de comida y agua causada por el asedio israelí.

Las conversaciones en París se producen después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presentara un primer plan de “posguerra” para Gaza, un proyecto que desató las críticas de Estados Unidos, un aliado clave de Israel. Ese plan sugiere que Israel mantenga el “control de seguridad” en ese territorio y en Cisjordania ocupada. Obviamente, fue rechazado por Hamás y por la Autoridad Palestina.

David Barnea, el jefe de la agencia israelí de inteligencia exterior, aterrizó en la capital francesa el viernes con el objetivo de impulsar un nuevo alto el fuego que incluya una liberación de los rehenes que siguen en Gaza. Este sábado, a primera hora, Hamás denunció que el ejército israelí había lanzado más de 70 bombardeos contra Deir al Balah, Jan Yunis y Rafah, en el centro y sur de Gaza.

El conflicto estalló el 7 de octubre tras el ataque de Hamás en el sur de Israel, que dejó unos 1.160 muertos, en su mayoría civiles, según un balance de la agencia de noticias AFP basado en datos israelíes. Según las mismas fuentes, los milicianos islamistas capturaron ese día a 250 personas, 100 de los cuales fueron canjeados en noviembre por 240 palestinos presos en Israel.

En respuesta al ataque, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre que ya provocó 29.606 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según Hamás.

“No tenemos ni agua ni harina y estamos muy cansados porque tenemos hambre”, dijo a AFP Um Wajdi Alha, una habitante de Jabalia, unos cuatro kilómetros al norte de Ciudad de Gaza.

Netanyahu enfrenta una presión creciente tras más de cuatro meses de una guerra que ha llevado a la mayoría de los 2,2 millones de habitantes de Gaza al bordo de la hambruna, según la ONU. Pero el proyecto que presentó no hace referencia alguna a la creación de un Estado palestino independiente e incluye, entre otras prerrogativas, la libertad para el ejército israelí de operar “en toda la Franja de Gaza, sin límite de tiempo”.

El enviado de la Casa Blanca, Brett McGurk, mantuvo esta semana conversaciones en Tel Aviv con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, tras hablar en El Cairo con otros mediadores que se entrevistaron con el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh. Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó el jueves que las negociaciones van por buen camino y el miembro del gabinete de guerra israelí, Benny Gantz, dio parte de los primeros indicios “que indican la posibilidad de avances”.

 

(Con información de AFP)

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