Los ministros de Agricultura de la Unión Europea que se reúnen este martes en Bruselas buscarán aplacar la furia de los agricultores en varios países, con una lista de reclamos que van desde las importaciones provenientes de Ucrania hasta la regulación ambiental.

El descontento de los productores agrarios se ha manifestado en los últimos días en las calles y carreteras de Francia, Alemania, Polonia, Rumania y Países Bajos, donde los tractores ocuparon sitios urbanos para hacerse oir.

La regulación ambiental, el aumento en los combustibles, y la considerada competencia desleal de las importaciones provenientes de Ucrania encabezan las protestas de los productores agrícolas.

Este descontento tiene repercusiones preocupantes, ya que diversos sondeos señalan un fortalecimiento de los partidos de la extrema derecha y nacionalistas, que supieron aprovechar el problema, de cara a las elecciones europeas de junio.

En septiembre del año pasado, la presidenta de la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE), Ursula von der Leyen, prometió un “diálogo estratégico” con los agricultores, destacando que “la agricultura y la conservación de la naturaleza pueden ir de la mano”.

Esa iniciativa comenzará formalmente el jueves de esta semana. El poderoso grupo agrícola Copa-Cogeca dijo que se trata de una “iniciativa bienvenida, aunque ha tardado en materializarse”.

El diálogo que comienza el jueves abordará las preocupaciones de que la transición verde cause más estragos para los agricultores.

“El diálogo estratégico abordará (…) cuestiones sobre cómo podemos garantizar un nivel de vida justo para los agricultores y las comunidades rurales, apoyando la agricultura dentro de los límites del planeta’, dijo un vocero de la Comisión Europea, Olof Gill.

También participarán grupos agrícolas, miembros del sector agroalimentario, organizaciones no gubernamentales y expertos.

Rebelión en las granjas

Más allá de especificidades nacionales, los agricultores tienen en común la preocupación con los crecientes desafíos que enfrenta la agricultura, incluido el clima extremo, la gripe aviar y los crecientes costos del combustible.

También comparten la preocupación con la llegada de productos agrícolas ucranianos a la UE desde el levantamiento de los derechos de aduana en 2022.

La UE decidirá en junio si renueva esa política de derechos de aduana para los productos agrícolas ucranianos, pero los grupos agrícolas europeos exigen límites a las importaciones de productos ucranianos como cereales y azúcar.

Otro motivo de discordia es lo que los agricultores ven como una regulación excesiva.

“La maquinaria reguladora europea sigue funcionando a toda velocidad, ignorando el contexto geopolítico, climático y económico que está socavando las explotaciones y los ingresos de los agricultores”, señaló Copa-Cogeca en un comunicado.

El descontento de los agricultores ha sido también una preocupación creciente en el Parlamento Europeo.

El mayor grupo parlamentario, el del Partido Popular Europeo (PPE, derecha) ha tratado a menudo de suavizar los textos agrícolas, argumentando que representan los deseos de los agricultores.

La eurodiputada francesa del PPE Anne Sander apuntó que en ese bloque “compartimos la ambición ecológica, pero debemos adaptarla a la situación económica. Los precios agrícolas están cayendo, los gastos se disparan y añadir esfuerzos regulatorios adicionales es demasiado”.

Sander también acusó a la Comisión de ignorar las advertencias del sector durante años.

Para el eurodiputado portugués Pedro Marques, vicepresidente del bloque de los socialdemócratas, los agricultores son un “electorado muy importante”.

Los ambiciosos objetivos climáticos que la UE espera alcanzar en 2040 dependen en gran medida de una descarbonización de la agroindustria.

La agricultura representa aproximadamente el 11% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa.

(Con información de agencias)

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