A pesar de la división dentro de la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña, este miércoles los laboristas lograron sacar una enmienda no vinculante que pide un alto el fuego en la Franja de Gaza.

Lindsay Hoyle, presidente de la Cámara, admitió a debate la enmienda laborista y también una moción del Partido Nacional Escocés (SNP). Esta decisión, que no compartían los miembros conservadores del Parlamento, provocó un importante alboroto.

La líder del Partido Conservador en la Cámara, Penny Mordaunt, acusó a la presidenta de “socavar la confianza” de las instituciones. Según ella, el procedimiento de votación determina que cuando el Gobierno presenta una enmienda en un debate liderado por la oposición, se vota primero la redacción original de la moción y, si se rechaza, se somete a votación el texto alternativo del Ejecutivo.

Hace 20 días que la oposición lidera los debates. De ellos, 17 corresponden al principal partido de oposición, que es el Partido Laborista, mientras que los tres restantes van a la siguiente formación más grande, que actualmente es el SNP y que ostentaba la votación en la jornada de este miércoles.

Varios diputados conservadores abandonaron la Cámara debido a la decisión de la líder laborista de proceder a votar el texto laborista. En respuesta, numerosos diputados conservadores, así como miembros del partido escocés, abandonaron la Cámara en señal de protesta.

La enmienda fue finalmente aprobada sin una votación formal, pero con los votos de los diputados que quedaban. El Partido Laborista presentó una enmienda a un primer texto del Partido Nacional Escocés (SNP). Ambos piden un “alto el fuego humanitario” en Gaza, si bien la enmienda laborista elimina, fundamentalmente, una referencia al “castigo colectivo del pueblo palestino”.

El Gobierno presentó su propia versión aludiendo a una “pausa humanitaria”. La sesión fue acalorada. El diputado conservador Desmond Swayne gritó: “Traigan de vuelta a Bercow”, en referencia al speaker que lideró los debates sobre el Brexit, según dice el diario The Guardian.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, dijo que esa es una oportunidad para que la clase política “se uniera y hablara con una sola voz sobre la horrenda situación” que se vive en la Franja de Gaza e Israel.

“Desgraciadamente, los conservadores y el SNP decidieron marcharse juntos, negándose a votar sobre este grave asunto y prefiriendo una vez más los juegos políticos a las soluciones serias”, indicó, en alusión a que los dos textos, de los laboristas y de los escoceses, había sido aprobados sin una votación de por medio, aunque con gritos de ‘sí’ de los diputados.

El portavoz parlamentario del escocés SNP, Stephen Flynn, aseguró que hablarán con el presidente de la Cámara para “darle la oportunidad” de explicar su decisión. “Se supone que debe ser imparcial. Eso no ha sucedido”, agregó.

Más tarde, cerca de 30 diputados, en su mayoría conservadores y de la formación escocesa, se sumaron a la moción de censura contra Hoyle.

Mientras se producía la votación, miles de personas se manifestaban en favor del alto el fuego en los alrededores del Parlamento. Desde la última escalada del conflicto, Israel terminó con la vida de más de 29.300 palestinos entre Gaza y Cisjordania.

(Con información de agencias)

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